Por culpa de la lluvia

439 38 7
                                    

Foto de Brad con el pelo hacia adelante ajajajja y en el video podemos apreciar su querido trasero. Cuando lean el capítulo entenderán. Disfruten!!

El resto de la semana fue parecido. Livi seguía yendo a la pastelería y como Bradley había estado yéndola a buscar todos los días se les hiso difícil, pero al menos evitaron algún encuentro no apetecido.

Pero el día jueves fue distinto. Amelia salió más temprano del trabajo. Y a pesar del frio, su novio (aún no se acostumbraba) la había invitado a un picnic en un parque. No eran más de quince minutos en bus. El lugar era muy bonito, lleno de árboles, blancas y mucho pasto verde. Buscaron un árbol solo y pusieron la manta sobre el pasto. Había una brisa tibia que hacía que el frio fuera menos.

-¿Cómo están los sándwiches? –le preguntó Bradley

-Muy buenos. Creo que tendrás que hacerme de estos más seguido

Mientras comían, conversaban y regaloneaban empezaron a caer pequeñas gotas. Pero esas pequeñas gotas empezaron a multiplicarse y pronto todo estaba cubierto. Empezaron a guardar las cosas rápidamente.

-Por favor dime que viste el clima y trajiste un paraguas –le dijo Amelia

-Soy un chico, no veo el clima –se defendió –debo aprender a sobrevivir el día

-El peor novio del mundo –le dijo rodando los ojos

-Hey, te escuché

Corrieron con la mayor prisa que pudieron pero Bradley resbaló dos veces, maldiciendo a la madre naturaleza por el dolor de trasero que tendría al día siguiente. Para cuando llegaron al paradero ya estaban completamente empapados. Cuando el bus llegó tiritaban por culpa de la ropa mojada. Decidieron tomar el que primero llegara a uno de sus departamentos.

Durante el viaje en bus se fueron abrazados para tratar de abrigarse pero fue inútil. Treinta minutos después, se encontraban al frente de la puerta del apartamento de Bradley.

Al entrar lo primero que hiso fue encender la calefacción. Luego fue a buscar unas toallas y algunas ropas secas para que pudieran cambiarse. Amelia fue a la misma pieza en la que estuvo la primera vez ahí en su casa. Se cambió y puso la toalla sobre la cabeza. Cuando fue a buscar a Bradley lo vio en la cocina preparando unas tazas de té y unos sándwiches. Tenía el pelo húmedo y le caía sobre la frente, pero aun así se veía guapo. Se acercó y se sentó.

-Lamento no tener un secador de pelo. Espero que no te moleste secarte el pelo solamente con la toalla

-No te preocupes. Creo que es una toalla súper absorbente

-¿Aun soy el peor novio del mundo?

-Mmm... depende –probó el sándwich –No, aun podemos seguir juntos

-Al menos sé que mis sándwiches son irrefutables –le dijo dándole una beso en la mejilla

Terminaron de comer y se fueron a acostar. Como no sabían si habría tormenta o no, decidieron dormir juntos. Estaban cansados pero gracias al té ya no tenían frio. No obstante, se acurrucaron y durmieron abrazados.

Pero durante la noche Bradley empezó a toser. Fue tanto que Amelia se despertó también. Le preguntó si estaba bien y éste le respondió que sí, solo le dolía un poco la cabeza y el pecho por la tos. La chica se levantó para ir a buscar al baño un vaso de agua y un paracetamol o ibuprofeno.

Después de tomarse la pastilla siguieron durmiendo. Siguió tosiendo, pero al cabo de un rato se durmió. Sin embargo, en la mañana no estaba para nada bien. Amelia se despertó porque el chico tiritaba mucho y le tocó la frente para encontrarse con la sorpresa de que estaba afiebrado.

Se levantó rápidamente y mojó un paño y se lo puso sobre la frente. Luego volvió a la cocina y preparó un pequeño desayuno que consistía en pan con mermelada y una taza de té.

-Cuando lleves la mitad debes tomarte el ibuprofeno –le dijo

Siguió las instrucciones de su novia. Cuando terminó el desayuno ella le dijo que siguiera durmiendo, quizás así le bajaría la fiebre. Pero antes, buscó un termómetro para ver la temperatura y después compararla. No podía dejarlo solo en casa, así que llamó a la pastelería y le dijo a Bianca que no podría ir hoy. Ella entendió y le dijo que no iría mucha gente así que no te tenía de qué preocuparse. Colgó y se volvió a acostar y empezó a acariciar su cabello.

-¿Amelia? –la llamó con voz cansada

-¿Si?

-Si sobrevivo, prometo revisar el clima cada vez que salgamos –le dijo tratando de sonreír

-No seas dramático. No vas a morir –le dio un pequeño beso en los labios –pero sí deberías ver el clima

-Estúpida lluvia. Aun me duele el trasero de tanto resbalarme

-Bradley, duérmete –se rio

Al final ambos se durmieron, saltándose el almuerzo y despertando a la hora de la once. Amelia volvió a tomar su temperatura, pero ésta no había bajado. Estaba preocupada. A lo mejor tendría que llevarlo al hospital. Al menos ya no llovía, así que no sería tanto problema.

-Bradley, la fiebre aún no ha bajado. Si en la noche sigues así tendré que llevarte a un hospital

-Ugh, no me gusta ir al hospital –gruñó

Cuando tomaron once, el chico se veía mejor. Era buena señal. Y en la noche no tuvo mayores complicaciones ya que la fiebre le bajó, pero en la madrugada le volvió la tos y nuevamente empezó a tiritar. Amelia no tuvo otra opción que llevarlo al hospital. Al principio el chico se rehusaba, pero sabía que ella tenía razón y estaba preocupada.

Llamó a un taxi y se fueron al hospital. Llegaron a la parte de urgencia en donde tuvieron que llenar una ficha con información previa y ese tipo de cosas. Como no había más que dos personas, los llamaron casi de inmediato.

Amelia le dijo al doctor cuando habían empezado los síntomas, que le había dado ibuprofeno y que en la tarde la fiebre había bajado pero ahora había vuelto a subir nuevamente.

-Le pondremos una inyección y con eso hoy en la tarde estará bien nuevamente

-¿Qué? No. No dejaré que me pongan una inyección. Me rehúso -dijo Bradley

-¿Quién no vio el clima?-le recordó Amelia

Amelia salió de la sala y esperó sentada en una silla. Al cabo de unos minutos salió Bradley algo cojo, lo cual le causó una pequeña risilla. Él le mandó una mirada no muy amable a su chica. El doctor les dijo que con la inyección y reposo se recuperaría pronto. Se despidieron y salieron.

-Me resbalé dos veces sobre cemento y pasto y ahora una inyección –dijo el chico –mi trasero no está feliz

-¿Podrías dejar de mencionar tu trasero? –tenía pasado su brazo por la espalda de Bradley para ayudarlo a caminar –creo que la fiebre de verdad te hace mal

-Creo que esta no fue la mejor cita de todas –le dijo esta vez serio –aunque eres una excelente enfermera. Pero te lo compensaré –y le dio un largo beso en su mejilla

Polaroid de un pastel (The Vamps)Where stories live. Discover now