Es complicado

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Hola!! Este es el último capítulo de la historia antes del epílogo. Espero que lo disfruten con este hermoso cover aprovechando que queda poco para empezar diciembre. 


La noche fue horrible. Entre sollozos y una funda de almohada completamente empapada de lágrimas, Amelia consiguió dormirse cerca de las tres y media de la mañana. Las ojeras del día siguiente eran tan notorias que deseó haber sabido algo sobre maquillaje o trucos femeninos para poder aminorarlas.

Si bien hoy no entraba temprano al trabajo, le había mandado un mensaje a Bradley para que se juntaran en la mañana ya que necesitaba hablar con él. Apenas pudo comer algo de pan y media taza de té antes de salir. Se puso un abrigo ya que había una alta probabilidad de que lloviera aquel día.

Cuando subió al bus, tuvo que encontrar algún poste desocupado para poder afirmarse ya que iba absolutamente lleno. El problema era que como iba con abrigo, le empezó a dar calor, pero una vez que bajara se encontraría de golpe con el frío y no quería resfriarse así que no le quedó otra que soportar el calor.

Cuando por fin bajó se sintió aliviada. Caminó las pocas cuadras hasta llegar a un pequeño café en el cual habían quedado de acuerdo para juntarse. Entró al lugar y vio que habían cinco personas dentro, una de ellas, Bradley.

Se sacó el abrigo y lo colgó en el respaldo de la silla. Saludó al chico y se sentó.

-¿Te encuentras bien? Parece como si no hubieses dormido –le dijo

-Mala noche –le dijo tratando de saltar el tema de que estuvo llorando toda la noche -¿Cómo estás?

-Estoy bien –le respondió –ordené leche de vainilla y unas galletas para que comiéramos.

Le dio las gracias y hablaron sobre cosas sin importancia hasta que llegó la comida. Bradley notaba que Amelia estaba algo inquieta, como si le sucediera algo que no quería contarle.

-¿Estás segura que te encuentras bien? –volvió a preguntarle. Ella asintió –Entonces de qué necesitabas hablarme. Creí que hoy entrabas tarde y aprovecharías de dormir.

-Es... es complicado –empezó. No quería mirarlo a los ojos. Se sentía asustada.

-¿Qué es? Sabes que cualquier cosa que sea, entenderé –le dijo tomando sus manos ya que no paraba de jugar con ellas, una clara señal de que estaba muy nerviosa.

Amelia apretó fuertemente sus manos, como si fuera su único agarro antes de hacer a un fondo infinito del cual nunca podría salir. Lentamente comenzó a subir su mirada a encontrar esos ojos color café que tanto le gustaban, y que ahora lo único que trasmitían era preocupación e intranquilidad.

Sabía que en algún momento tendría que hablar, y él la esperaba pacientemente sin apurarla, para que recolectara sus pensamientos y pusiera sus ideas en orden.

-Te amo

Lo dijo. No había vuelta atrás. Y de alguna forma se arrepentía. Y por eso mismo escondió su rostro entre sus brazos en la mesa. No quería mirarlo, se sentía avergonzada. ¿Acaso consideró que él podía no sentir lo mismo? Por supuesto que no. En ningún momento pensó en las consecuencias que podía traer esto. Si él no sentía lo mismo, entonces terminarían y sería ella la que sufriría.

Bradley seguía en shock. ¿Era cierto lo que había escuchado?, ¿Amelia lo amaba? El problema era que mientras intentaba asimilar todo eso en su cabeza, la chica en frente de él estaba a punto de largarse a llorar. Lo único que atinó a hacer fue tomar su cara entre sus manos y mirarla directamente a esos ojos húmedos.

-¿Me amas? –tenía que asegurarse de que lo que escuchó fue real.

-Sí –le dijo derramando una lágrima –y mucho.

-Pues déjame decirte que es totalmente recíproco –ella seguía mirándolo –estoy enamorado de ti.

-Y por esa misma razón debemos terminar

-¿Qué?

Definitivamente lo que no esperaba era eso.

-No puedes decirme que me amas y luego que debemos terminar –se sentía herido, muy herido.

-No nos queda otra opción –le dijo ella, ya con lágrimas esparcidas por todo su rostro –después será más difícil de lo que ya es ahora.

-¿Y qué pasó con lo de aprovechar el tiempo que no quedaba juntos? –sabía que en cualquier momento comenzaría a llorar también.

-¿Para qué seguir prolongando lo inevitable? Te amo, de verdad lo hago, pero no puedo seguir con esto –lo último fue casi un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para que Bradley escuchara.

Amelia empezó a tomar sus cosas para salir. No podía seguir ahí dentro, sentía que moriría si no salía. Le dolía dejar Bradley así de destrozado. Especialmente sabiendo que él sentía lo mismo por ella. Pero era una persona cobarde, y ya era tarde. Las cosas estaban hechas. Podía ver el dolor en su cara, en sus ojos llenos de lágrimas, en sus manos apretadas para evitar derramarlas.

-¿Entonces así termina todo?

-Creo que sí

Y salió corriendo por la puerta dejando al único amigo y chico que había amado en su vida.




Polaroid de un pastel (The Vamps)Where stories live. Discover now