¿Qué?

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Nuevo capítulo!!!




Ha pasado una semana desde que Bradley se enfermó. Después de la inyección fue cosa de horas para que empezara a estar mejor.

Hoy era viernes al fin. Había sido una semana agotadora tanto para Amelia como para Bradley. La pastelería estuvo llena de clientes y pedidos y él estuvo ocupado en diferentes sesiones de fotos en las que tuvo que participar y luego hacer todo el trabajo de edición. No habían tenido tiempo de verse y la verdad es que se echaban mucho de menos.

Pera era viernes. Y Bradley la pasaría a buscar e irían al departamento de James junto con los otros amigos de ellos a pasar la noche. La idea era que los chicos y las novias de ellos conocieran a Amelia, ya que solo James la había visto y fue cuando aún no eran pareja con Bradley.

Estaba nerviosa por conocer a más personas. Le agradó a James cuando lo conoció, pero ¿y si a los demás no les caía bien?, ¿y si las chicas eran cruel con ella? Era eso lo que le preocupaba.

Salió a dejar unos cupcakes a la vitrina. Se iba a devolver pero justo vio a Bradley entrar por la puerta. Sentía que se sonrojaba. El chico la vio y le sonrió. Se acercó a ella y la abrazó, dándole un pequeño beso en los labios.

-Termino los otros cupcakes y estaré libre –dijo Amelia

-Está bien, me iré a sentar a alguna mesa

Ella asintió y le dio un pequeño beso también y se devolvió a la cocina. Le quedaban doce cupcakes por decorar con glaseado de colores y chips de chocolate. Tardaría al menos unos quince minutos. Tomó la manga con el glaseado y empezó, cupcake por cupcake.

No iba ni el sexto cupcake cuando Bianca entra a la cocina llamándome con tono de preocupación.

-¿Qué pasa? –le pregunto dejando de lado la bandeja y la manga

-Es Bradley –pero se corrigió –más bien, una chica con Bradley. Pareciera como si lo está acosando. No se ve para nada cómodo.

¿Qué?

Amelia salió de la cocina y buscó a su novio. Y ahí estaba. Y una chica trataba de tocarle las manos, la cara, de abrazarlo incluso. Y lo veía tratando de esquivarla. De seguro quería gritarle, pero en un lugar público no se vería bien. Iba a acercarse pero cuando notó quién era la chica paró.

Era Livi.

Seguía parada sin hacer nada. Bianca también observaba a su compañera de trabajo. Quería decirle que hiciera algo, pero temía que se pusiera nerviosa y ocurriera algo peor.

Bradley levantó la mirada en un momento y vio a su novia. Una Amelia con expresión indescifrable en su rostro. Algo pronunció y Livi miró en la dirección del chico. Vio que era la misma chica de la Comic Con. Bradley se paró abruptamente empujando a la rubia que estaba a su lado, pero no le importaba un comino. Solo le importaba la chica que ahora se devolvía a la cocina.

-¡Amelia! –le dijo entrando a la cocina

La pobre lloraba mientras se secaba las lágrimas con la manga de su camiseta.

-No es lo que crees, de verdad –ella solo movía la cabeza en señal de negación –por favor, no llores

Se acercó y la abrazó. Le seguía repitiendo que no era lo que creía. No la estaba engañando ni mucho menos.

-No es eso –le dijo al fin entre sollozos –sé que estabas evitándola. Lo pude ver. Es solo que me molesta que se acerque a ti si ya no tienen nada. Y ahora sabe en donde trabajo y siento que vendrá más seguido solo a molestarme o cosas así. Y eso me asusta

-Créeme que también odio que se acerque a mí. De verdad –le aseguró y ella le creía – y prometo que no dejaré que se acerque aquí. Ella no tiene nada que ver contigo. Si tiene que lidiar con alguien, es conmigo. Y espero que tampoco se acerque más a mí

Se sintió más tranquila. Pero no del todo. Al menos por ahora estaba bien. Bradley se quedó con ella mientras terminaba los cupcakes restantes. No quería volver afuera, especialmente si Livi seguía ahí. Esperaban que se hubiese ido cuando ellos salieran.

Pero, desafortunadamente, no fue así. Amelia salió junto a Bradley a poner los cupcakes y se despidió de Bianca. Trataron de ignorar a una furiosa Livi que los siguió hasta.

-¿Te vas así nada más? –le dijo a Bradley mientras caminaban de la mano

El chico no le respondió. Llevaban una cuadra caminando y la chica aún se iba. Eso lo irritó.

-¿Podrías dejarnos en paz, por favor? –se dio vuelta

-¡No! –le gritó –y deja de ignorarme, ¿quieres? Necesito hablar contigo

-No tengo nada que hablar contigo, así que por favor vete y no vuelvas. No te quiero cerca de mí o mi novia

-Estoy embarazada

Y todo se congeló. Amelia palideció como si fuera a desmayarse en cualquier momento. Bradley, aun en shock, pasó su brazo por su cintura. Presentía que se moriría ahí mismo. Era imposible que si estuviese embaraza fuera de él. Imposible. No. Podía. Ser.


CHAN CHAN CHAAAAAN!!

Polaroid de un pastel (The Vamps)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora