Capitulo 32

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''En el capitulo anterior''



Salí muy rápido de la habitación, no sé si cerré bien la puerta, pero quería ir rápido porque sabía que Samuel iba a pedir el servicio de habitación y no lo quería hacer esperar. Llegue al lugar y para mi buena suerte aun estaba allí, compre los regalos y fui corriendo al hotel. Cuando abrí la puerta de la habitación me encontré con algo que no esperaba.


Andrea: ¿Qué es todo esto Samuel? -pregunte sorprendida y a la vez maravillada-.



Andrea POV



La habitación estaba en penumbras antes de que regresara.


Y ahora no necesitaba prenderlas porque en lugar de ampolletas, lámparas, habían velas de todos los tamaños iluminando el cuarto. En el suelo divisaba un camino hecho con pétalos de rosa. Hasta donde terminaba el pequeño camino había una mesa para dos decorada con comida, frutas y un vino. Al lado de la mesa estaba Samuel mirándome sonrientemente con un ramo de rosas.


Andrea: Es increíble...me has dejado impresionada con todo.... esto.


Samuel: ¿Esto? Esto es solo la mínima parte de todo lo que te mereces osita -se acerca a mí y me entrega el ramo-.


Andrea: ¿Y cuál es el plan ahora, osito? -le acaricio la mejilla-.


Samuel: Lo primero es... cenar, después hacemos lo que tú quieras ¿Qué te parece?.


Andrea: Perfecto.


Dejé el ramo de rosas encima de una pequeña mesa para luego sentarnos.


Cenamos algo exquisito, aparte de que me miraba con mucha admiración y me sentía muy cómoda.


Al terminar, Samuel me sirve una copa de vino blanco y me la pasa, ambos brindamos y comenzamos a conversar, él me contaba acerca de algunas travesuras que hacía con sus hermanos, que se escapaban en las tardes para ir a jugar con el vecinito de en frente, que se trepaban a un árbol, que cogían las herramientas que habían en el sótano para jugar, entre tantas cosas más. Yo le contaba de cómo era mi vida en la niñez, que siempre fui muy juiciosa, la niña de mamá, pero que de vez en cuando jugaba en la tierra con mis hermanas y mi madre nos regañaba porque siempre llegábamos a la casa llenas de lodo. Nos reíamos de todo, el solo mirarnos hacia que sonriéramos.


Ya había pasado un buen rato, él se levantó de su asiento y se acercó a mí, tomó mi mano dulcemente haciendo que me levantara para luego sentarnos en la cama, me sentía tan cómoda que quise echarme en su hombro. Nos acomodamos y él me acariciaba el rostro, la espalda, me sentía muy protegida.


Andrea: Me gusta estar así, contigo, me siento protegida.


Samuel: A mí también, osita, yo te amo y siempre te voy a proteger.


Andrea: Gracias por la sorpresa que me diste, no me lo esperaba.

Llevas las cuentas de mi corazon #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora