Llevas las cuentas de mi corazon #PSF2017

Capitulo 50

''En el capitulo anterior''

Samuel: ¿Y por qué ahora no? -se fue acercando pero yo me aparte rápido-.

Andrea: Porque ahora te toca bañarte a ti... ¿Qué esperas? -pregunte al ver que se quedaba mirándome con una sonrisa picara en su rostro-.

Andrea POV

Camino hacia el baño y cuando escuche que se cerró la puerta me puse un camisón de él y baje a ver que encontraba.

Samuel POV

Cuando salí del baño vi que Andrea no se encontraba, me puse un pantalón y me dispuse a ir a buscarla, pero en ese instante ella entro con una bandeja en las manos.

Samuel: ¿Te ayudo? -dije acercándome para tomar la bandeja, pero ella no me dejo cogerla-.

Andrea: No, yo puedo sola -se acerco a la mesita de noche y la puso allí- ven para acá -dijo sentándose en la cama, yo me senté al lado de ella, la ábrase y le di un beso en la mejilla-.

Samuel: Se ve delicioso -dije al ver todo lo que trajo en la bandeja, había pan, huevo, tocinetas, y aparte un plato de frutas-.

Andrea: Supuse que tenías hambre, así que fui por algo de comida.

Samuel: Pudiste haberme esperado, así te acompañaba.

Andrea: Nada de eso, hoy me toca a mi consentirte -acaricio mi cabello y me dio un beso de piquito-.

Samuel: ¿Si? -le tome la cara y la bese-.

Andrea: si, ya vamos a comer, que para eso traje la comida.

Empezamos a comer, a Andrea le dio por darme la comida como un niño chiquito, pero me gustaba, nos la pasamos entre risas y besos, hasta que comimos todo.

Samuel: Estuvo delicioso.

Andrea: No soy muy buena en la cocina, pero me defiendo... me gustaría aprender más, para cocinarte todo lo que se te antoje.

Samuel: jaja -reí- pues, hay algo que se me antoja ahora -dirigí mis manos hacia los botones del camisón que llevaba puesto y empecé a desabotonarlos- y no es precisamente comida.

Andrea: -sonríe y besa mi hombro- tal vez te pueda consentir.

Se levanta y se pone frente a mí, termino de sacarle el camisón y la beso desesperadamente, con mucha pasión y deseo, mis manos en su espalda iban bajando hasta su cintura, ella me agarraba por la nuca y pasaba sus manos por mi pecho. Con una de mis manos iba a desabrochar su sostén, y cuando estaba a punto de hacerlo, escuche que tocaron la puerta y me llamaban desde afuera.