13. Thinking way too much

1.2K 108 49
                                    

MYUNGSOO

D-3

Cuando amaneció, yo seguía despierto. Me pasé la noche pensando en maneras para llevar a cabo lo del viernes, sería algo importante y no quería arruinarlo por nada del mundo. Me duché y me vestí antes de la hora normal, aprovechando la repentina energía que tenía, ¿cómo era posible si no dormí nada?

Fui a la cocina para encontrarme con que sólo papá estaba despierto. Lo saludé.

-¿Qué haces levantado tan temprano, Myung? -me preguntó.

-No lo sé, me desperté antes y quise ver qué se sentía madrugar -le respondí, tratando de sonar animado.

-Sabes que aún falta para las siete, ¿verdad? -alzó una ceja.

-Ahora lo sé -sonreí-. Encontraré algo para entretenerme hasta las siete y media -me encogí de hombros.

Por lo general, mi desayuno consiste el cereal y leche. Hoy me serví una taza de café para asegurarme de que no me dormiría en clases. El sabor no era mi favorito, era demasiado amargo para mi gusto sin importar cuanta azúcar le pusiera, pero de todos modos me acabé la taza con una mueca de asco. No entiendo cómo es que soporto el sabor amargo del alcohol y no el del café.

Cuando terminé mi desayuno, miré la hora en mi teléfono... Eran apenas las las seis cuarenta y cinco. No me quedaba otra opción más que repasar lo que llevaba planeado para el viernes y tal vez avanzar un poco. Estaba nervioso.

La idea era pasearlo por más o menos todo el centro de la ciudad, lo llevaría a comer, ¿y después? ¿Se lo diría ahí? ¿Me lo llevaría a otro lugar? ¿Se aburriría antes de eso? No soy bueno para los planes, siempre me planteo todos los "¿qué pasaría si...?" posibles que pudiesen arruinar mis ideas y termino abandonando el plan. Pero no esta vez. Esta vez es importante.

Los minutos pasan, son las siete cinco y siento que el aburrimiento me consume, mejor me voy a la escuela. Caminar es más divertido que estar sentado en mi cuarto a oscuras.

¿Cómo pueden veinticinco minutos cambiar tanto una ciudad? Las calles se ven aún más vacías que cuando salgo a las siete y media, hay más silencio y diría que hasta hace más frío. Otra gran diferencia es que Sungjong no va a mi lado. Qué aburrido.

Llegué a la escuela cuando estaba apenas abriendo, quedaban aún unos cuarenta y cinco minutos para que empezaran las clases, tal vez media hora para que la gente empezara a llegar. Nadie llega temprano a la escuela.

Me senté abrazando mis rodillas en el suelo del pasillo, junto a la puerta del salón. Pareció ser que la taza de café que tomé no sirvió de mucho, porque acabé durmiendome apoyado en el marco de la puerta.

Supongo que pasaron unos quince o veinte minutos hasta que Sungjong me despertó.

-Myungie -tocó mi hombro-, ¿qué haces dormido aquí afuera? -rió.

Había estado durmiendo con la boca abierta, así que la cerré y levanté la mirada.

-No quise entrar, es un poco tétrico cuando está vacío -expliqué.

-Ya hay gente dentro, -se puso de pie y me ofreció una mano- vamos.

Tomé su mano y me puse de pie para acompañarle adentro. Nos soltamos al instante, pues vi que Youngseok y Sungjae estaban dentro del salón. Es como si ambos se pusieran de acuerdo para venir a la escuela los mismos días, porque no vi a ninguno de los dos ayer.

Es mejor ignorar la presencia de ambos, así no molestan a nadie.

-¿Estás cansado? -me preguntó una vez que nos sentamos, él en su asiento y yo a su lado, ocupando el puesto de Chanho.

paradise ➳ myungjongWhere stories live. Discover now