1. Behind the blinds

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SUNGJONG:

Todo era bastante común en mi entorno hasta que Kim Myungsoo cruzó la puerta de la sala de ensayos en la que me encontraba. Bueno, supongo que no entiendes muy bien lo que digo, ya que apenas sabes quien soy, así que me presentaré; mi nombre es Lee Sungjong, tengo 17 años y estoy en Gwangju High School. ¿Y Myungsoo? Bueno, él es un chico de mi clase, también mi vecino, y resulta ser el chico que me gusta hace más o menos un año y medio. Iré un poco hacia atrás en esta historia, hasta ayer, que fue el último día normal que tuve antes del gran cambio.

Es un día como todos, llego a casa cerca de las seis de la tarde, pero Myungsoo aún no llega a la suya, él se queda hablando con Woohyun y Sungyeol durante un rato y llega a su casa por lo general pasado las siete. Lo sé, es algo obsesivo, pero luego de haberlo observado durante tanto tiempo, me he aprendido sus horarios. Mientras espero a que llegue, me pongo a hacer las cosas de la escuela, debo terminar antes de que él llegue, porque luego de verlo un rato debo ir a la academia de baile.

-¿Sungjong-ah? ¿Ya llegaste? -Sungkyu, mi hermano mayor, golpea la puerta. Sin tener una respuesta aún, la abre y entra-. Oh, estás aquí.

Despego la mirada de mi escritorio y la dirijo hacia él.

-Pues... Sí, supongo que ya he llegado.

-Ha ha. Solo quería verificar que mi dongsaeng ha llegado bien de la escuela -podría apostar que me pedirá un favor-, y me gustaría pedirte, aprovechando la ocasión -aquí vamos-, si me prestarías tu teléfono para llamar a Dongwoo.

-¿Te has quedado sin saldo otra vez? -Le pregunto, sonando molesto sin estarlo en realidad.

-Sí, pero no le digas a nuestros padres, o te corto la cabeza.

Giro los ojos y saco mi teléfono de mi bolsillo. Se lo entrego y Sungkyu se retira sin dar las gracias.

Vuelvo a mis estudios, desarrollo unos cuantos problemas matemáticos, leo unas cuantas páginas del texto de Historia, y mi hermano regresa.

-Que buen hermano eres -me desordena el cabello, lo cual odio, y me devuelve el teléfono.

-De nada -le digo, esperando "las palabras mágicas".

Sonríe y se retira de mi habitación.

Estoy hartísimo de vivir con él, todo en esta casa gira en torno a mi hermano, mientras que yo soy casi una sombra que se pasea por la casa. Me siento ahogado. Cierro el libro de Historia de golpe, ¡al diablo el examen de mañana! Necesito aire fresco. Salgo de mi habitación y camino a la puerta principal, me pongo los zapatos y abro. Aunque esté molesto, se me escapa una sonrisa al ver a Dongwoo parado afuera, con esa cara de niño perdido que siempre ha tenido y mantiene a pesar de haber cumplido 21 años.

-¡Sungjongie! ¿Cómo estás, pequeño? -Me abraza, la verdad es que nos tenemos mucha confianza y afecto.

-Bien, Dongwoo-hyung, ¿y tú?

-Bastante bien, ¿Adónde vas? -Se quita los zapatos y da un paso adentro- Pensé que tus clases de baile eran a las siete y media.

-Lo son, pero quiero dar una vuelta -doy un paso afuera-. Nos vemos luego.

Él se despide con su mano y cierro la puerta.

Me gusta el lugar en que vivo, porque es uno de los escasos lugares en Gwangju donde no está repleto de rascacielos, aquí solo hay casas, aunque sean pequeñas, son acogedoras y te hacen sentir más cómodo de alguna manera, no tienes la sensación de que todo se alza sobre ti por cientos de metros, no te sientes más pequeño de lo que deberías. Camino con la mirada pegada al suelo hasta una tienda de conveniencia que queda a unas cuantas cuadras de mi casa. Entré y escuché una voz que se me hacía conocida.

paradise ➳ myungjongWhere stories live. Discover now