La locura de Julieta

8. Mente atormentada

Sam

Los sueños nunca eran los mismos, pero me atormentaban de la misma forma. Este fue diferente, este me destrozó como ninguno.

Soñé que estaba corriendo dentro de un bosque, la noche era fría y sombría. La luz de la luna iluminaba parte de la vereda mientras los animales nocturnos llenaban el silencio. Alguien me perseguía, yo seguía corriendo descalzo tratando de escapar. Estaba conciente de que era un sueño pero no podía detenerlo. Era prisionero de mi propia mente.

Estaba asustado, sabía que algo malo me seguía pero no sabía qué o quién era, solo tenía la imperiosa necesidad de huir. Grité por ayuda, pero solo escuché mi eco como respuesta, pero no susurrando mi propias palabras.

"Cobarde" "Traidor" "Mentiroso"

Las palabras se escuchaban tan fuerte, que mis oídos dolían. Caí al suelo, sudando, desesperado, entonces el sueño cambió.

Los gritos de una chica se escuchaban, yo solo corrí hacia donde provenía el sonido. Un charco de lodo se abrió paso frente a mí, y allí estaba ella. Acurrucada, su pelo negro envolvía su rostro, el lodo bañaba su cuerpo desnudo. Mientras me acercaba, notaba que temblaba de frío, y lo más aterrador, no era lodo, era su sangre. Me puse de rodillas y al verme, ella gritó con más fuerza.

"Aléjate" me suplicaba, "No me hagas daño"

Un cuchillo apareció en mi mano, su filo brillaba bajo la luz de la luna. Y me di cuenta que nadie me perseguía, yo era el villano. Frente a nosotros apareció mi hermano, su camiseta bañada en sangre. Me miró con profundo odio y luego cayó en el suelo.

Entonces escuché mi nombre susurrado, Braden estaba detrás de mí. Él pánico incrementó, el miedo de que ella viera lo que había hecho me carcomía.

"Aléjate de mí", le grité.

Ella solo se acercaba, me miraba con una sonrisa, como si yo fuera bueno, como si no viera lo que hice. Me abrazó fuerte, mientras yo lloraba en sus brazos.

"Aléjate", volví a decirle.

Ella tomó mi rostro entre sus manos, y sonrió. Ella no sabía que yo era un monstruo. En un abrir y cerrar de ojos, el cuchillo de mis manos, ahora estaba incrustado en su abdomen. Intenté tocarla, ella retrocedía, ella iba desapareciendo...

Me desperté jadeando, empapado en sudor, la adrenalina por el miedo amenazando con hacer explotar mi corazón. No era nada nuevo soñar con Zoe y Cristopher, lo que me petrificaba era que hubiera aparecido Braden. Ella era la dueña de mis sueños, ahora aparecía en mis pesadillas.

Me sentí aliviado al ver que Valentina no se había despertado, me tiré de la cama incapaz de volver a conciliar el sueño. Busqué mi laptop para tratar de localizar a alguien que me dijera que Braden estaba bien. El reloj marcaba las 5 a.m., en St. Paul todavía era de noche. Le dejé un mensaje a Amy, mi hermana seguía siendo mi confidente.

Me senté en la orilla de la cama, aún con la sensación de horror invadiendo mi pecho. Pasara lo que pasara, no podía dejar de amar a Braden. Ella no lo sabía, pero era la mejor parte de mí.

Braden

Me desperté muy temprano, solo logré unas cuantas horas de sueño. Cuando mi cuerpo pidió dormir, mi cerebro decidió que era el momento para recordarme todas las malas decisiones que había tomado en mi vida.

Me vestí odiando infinitamente las piezas de ropa que tenía, mi cabello aún estaba horrible, en definitiva, parecía un espantapájaros. Asomé la cabeza para verificar que Ryan no estuviera, al parecer no se había despertado. No tomé nada conmigo antes de caminar hasta la puerta y escabullirme.