22. Pedazos de un Corazón

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|| Julieta ||

Me quedé con la boca entreabierta cuando todos entraron a la habitación del hospital. El lugar parecía una lata de sardinas. Me contuve de decirles que solo había sido una pequeña operación para enderezar mi nariz, ni siquiera había tomado una hora, porque se sentía bien saber que tus amigos se preocupaban por todas las tonterías que te ocurrían. Fijé la vista en el gran globo rosa que decía "Es una niña" amarrado en la barandilla de la cama.

―Solo quedaba este―dijo Zack. Su rostro lucía hermoso, a pesar de haberse quedado conmigo toda la noche.

―Yo traje unos bombones de chocolate―Thomas dejó una caja en la mesita―. Lola no me dejó envenenarlos.

La chica le dio un golpe con el codo. Kristel se rió, aunque en su forma de mirarme me daba cuenta que aún sentía recelos por Sam. Quizás hubieran hecho una linda pareja de ñoños. La cara de Kristel se puso roja, dobló sus brazos y clavó la vista en el suelo.

―Braden...―dijo Margaret en forma de advertencia. Estaba pensando en voz alta. Margaret miró detrás de ella, donde estaba Lucy sentada en una silla de plástico―. Aquí no se fuma.

―Aguafiestas―bufó Lucy y guardó el cigarrillo―. Braden, tú cara luce como una berenjena aplastada.

Rodé los ojos, al único que le hizo gracia fue a Thomas. Todos empezaron a interrogarme sobre el enfrentamiento de anoche, y a emitir sus opiniones. En unos minutos la habitación se dividió en un Team Sam y un Team Ryan, olvidándose de mi nariz casi destrozada. Margaret lloraba de la risa con las ocurrencias narcisistas de Zack y los comentarios malvados de Thomas. Incluso uno de los gemelos del clan, que nunca hablaban, estaba sonriendo.

Se unieron Dolly, los demonios que ella llamaba hijos y Alex. Al principio estaban asustados, hasta que Alex intentó subirse a la cama para darme un abrazo. Me entregó un dibujo que me hizo contener la respiración, Ryan, Alex y una chica, dentro de un corazón con su letra infantil decía "Mi familia".

―¿Es tu mami? ―pregunté.

―Tú―Alex sonrió con timidez.

―Gracias―tomé sus manitos entre las mías y dejé un beso en cada una.

―¿Esta siendo cariñosa? ―Thomas soltó una carcajada―. Creo que en vez de la nariz, Ryan te dislocó el cerebro.

Al ver la mirada embobadas de todos los presentes, me llené de vergüenza y solté a Alex.

―¿A todo esto donde está el muñeco? ―preguntó Margaret.

―Anoche llamó para que me quedara con Alex hasta hoy―dijo Dolly con cara de extrañada―. Yo diría que estaba ebrio.

―Ryan nunca se embriaga―aclaró Lucy que no había vuelto a hablar―. Es demasiado inteligente para eso.

―Yo investigaré―dijo Margaret como si ella fuera del FBI. Salió de la habitación con el gemelo detrás de ella.

Dolly se retiró porque los niños ya estaban alborotados, Alex me sonrió antes de marcharse con ella. Al rato Lucy empezó con su actitud de drama queen y Zack optó por llevársela.

―¿Dejaré de actuar como idiota algún día? ―pregunté cuando solo quedaban Lola y Thomas.

―No, y más idiota son los que esperan que cambies. Eres un desastre por naturaleza, un imán para los problemas―contestó Thomas de inmediato―. El golpe de Ryan solo fue tu merecido por tanta maldad que has hecho en el mundo.

―Necesitaba tu sinceridad, querida mariposa―Me senté en el borde de la cama―. No fue correcto defender a Sam ¿Verdad?

Thomas suspiró con pesar.

La locura de JulietaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin