29. Declaración de guerra

2.4K 218 52
                                    


Parecía un funeral. La reunión en casa de Bennett era más sombría que nunca, todos aguardábamos en silencio después que mi tía nos dio la noticia, Dolly no seguiría con nosotros, se alejaba de la ciudad con sus hijos, no quería arriesgarse más y la bomba fue un aviso. Yo entendía sus razones.

―Era una de las mejores―Margaret maldijo―, la perdimos.

Yo estaba sentada en un sofá junto a JJ, ambos mirábamos la cara de los presentes pero no hablábamos demasiado. Bennett estaba sentado en un sillón con las piernas cruzadas mientras degustaba una copa de vino.

―¿Tienes idea si Samuel te ha vinculado con alguien más del clan? ―la pregunta de Margaret me hizo sentir presionada. ―¿Alguna otra cosa que le hayas dicho?

Froté un lado de mi sien. ―Rosset. Después de esa noche... él sabía que Rosset trabajaba para papá.

―Por mí no se preocupen―dijo el aludido.

No entendía cómo alguien que trabajaba para la mafia podía ser tan cortés y educado, Rosset nos agradaba, y eso venir de mí era decir mucho.

―Y por supuesto...―carraspeé―tendrán la vista sobre Ryan, sea del clan o no.

―Por mi tampoco se preocupen, con lo único que podían hacerme daño era con mi hijo―dijo con dureza.

―A mi ni se les ocurra ponerme a un niñero―les advertí.

Mercedes rió con sorna. ―¿Y por qué crees que Ryan anda detrás de ti todo el tiempo? Fue el trabajo que Margaret le dio, así tu no harías un alboroto.

Como me alteraba esa mujer. Me mordí la lengua muy a mi pesar, estaba segura que lo que iba a decirle me comprometería ante los demás.

―Bennett será quien trate con el juez―ordenó Margaret.

―¿Y qué haré yo? ―dijo JJ―Solo comer y respirar.

―Haces más que respirar en el hospital.

Mi hermano soltó una risilla, él seguía tocándoles el trasero a las enfermeras.

―¿Y a ti Margaret? ―quiso saber Bennett.―¿Quién te protege?

―No necesito de nadie―dijo cortante.

―No creo que tengamos tiempo de lamentos, solo di qué haremos―Mercedes miró a Ryan y volvió a dirigirse a Margaret―. Ryan y yo somos capaces de asumir el puesto de Dolly.

―O podría hacerlo yo―ofrecí.

Todos en la sala me observaron. No pasó mucho tiempo desde que comenzaron todos a negar, todos excepto uno.

―Si saben que Braden va a involucrarse con o sin su permiso―JJ me miró―, quisiera mantenerte a salvo pero tu solita buscas los problemas, así que es mejor mantenerte ocupada.

Sonreí sintiéndome orgullosa.

―Para eso tiene que saber el plan...―dijo Mercedes.

Margaret y Mercedes miraron a Ryan.

―¿Quieren dejar el maldito enredo y hablar? ―me empezaban a desesperar.

―Vamos a retener a Samuel―dijo Margaret.

Mi respiración se cortó, estaba claro por qué no querían decirme. Respiré hondo y traté de borrar cualquier expresión de mi cara.

―¿Qué le tocaba a Dolly?

―Tomar a la pequeña Henderson―contestó Mercedes.

Enterré los dedos en mi pelo sin poder disimular por más tiempo. ―Están pensando hacer lo mismo que me hizo Perro―negué con la cabeza―Ustedes son igual de crueles, Amy no tiene la culpa de que su padre sea el demonio.

La locura de JulietaWhere stories live. Discover now