Capítulo 10: La mañana siguiente

2.2K 197 45
                                    

Nuestro camino a la escuela fue silencioso.

Se sintió vacío, y como si ella no hubiera vuelto, me sentí solo con cada paso que di.

Y no puedo culparnos, mi descubrimiento de esta mañana nos tiene asustados y algo paranoicos. Ahora sabemos que el asesino posiblemente sea alguien de la escuela, incluso alguno de nuestros compañeros, y se siente terrible.

Con esto no quiero decir que preferiría no saberlo, pues, esta información nos da algo de ventaja, nos permite mantener la guardia arriba, cuidar nuestras espaldas, pero en estos momentos, en los que ambos caminamos por los pasillos y siento que todo el mundo nos observa, que todo el mundo está planeando algo en nuestra contra, sí que me gustaría poder ignorar toda esa información.

Porque aunque la escuela jamás fue segura, el hecho de ahora saber que el asesino camina libre por los pasillos, que puede estar leyendo un párrafo de un libro en la clase de literatura, o estar copiando un ejercicio en el pizarrón, me dan ganas de vomitar.

El cuerpo de April fue encontrado durante la madrugada, y aunque todavía nada haya salido en los periódicos, las redes sociales fueron una bomba de tiempo, para hoy a las siete, toda la escuela sabía lo que le había pasado.

No sé qué tan buena idea fue venir aquí hoy. Quizá fue por Emily, que ya no quiere seguir perdiendo clases y bajar sus calificaciones, o porque quizá tengo la esperanza de que el asesino meta la pata y podamos descubrir su identidad antes de que vuelva a enloquecer, o quizás solo se relaciona a mi impaciencia con encontrarme a cierto chico pelirrojo que se fue completamente destruido de mi casa.

Sea cual sea la razón, ya estamos aquí, y tenemos que mantener la calma para no levantar sospechas.

Emily y yo nos acercamos al salón de química, en la puerta nos encontramos a los Populares, Megan y Nina están abrazadas, sus rostro están rojos e hinchados, parece que han estado llorando, mientras que Brad, Jason, Chad y Peter están en silencio, rodeándolas en un círculo, como si las estuvieras protegiendo.

Emily cruza el umbral, pero yo me detengo en la puerta, ella se voltea y frunce el ceño, asiento para que continúe y yo me aproximo al grupo.

—Peter... —Todos los chicos giran sus cabezas hacia mí. Lucho por no bajar la cabeza y mantenerla en alto, no puedo seguir sintiéndome menos que ellos. Respiro profundo y tomo el valor necesario para continuar. —¿Podemos hablar?

Sus ojos azules chocan contra los míos. Un apretón en mi pecho me invade, se ven tan apagados, sin ese brillo característico que los hace destacar, hoy tampoco lleva gorro, y su cabello está mojado y aplastado contra su cabeza.

Peter asiente con lentitud y se separa del grupo, juntos caminamos hacia el otro extremo del casi por completo vacío pasillo. Él mantiene la cabeza gacha, y tiene los labios presionados, como si estuviera haciendo fuerza para no llorar.

—¿Cómo estás? —Le pregunto, sus ojos me miran por un segundo y luego vuelve a agachar la cabeza.

Vaya pregunta, Max.

—Todo esto es una mierda. —Musita. —Todos están destrozados y yo no, no sé qué hacer.

—Hey. —Poso mi mano sobre su hombro y la presiono suavemente. —No tienes que hacer nada, esto es duro para todos.

—Me gustaría poder ayudar.

En mi cabeza empieza a dar vueltas el mapa de hilos que hice, cada palabra, cada conexión, todo aparece de un momento a otro. Peter sigue mirando el suelo, se ve tan triste, quizás, si le cuento lo que sé, si le digo que estamos más cerca de resolverlo todo, se sienta mejor.

El asesino de Brooklyn © [1] (NUEVA VERSIÓN YA DISPONIBLE)Where stories live. Discover now