Capítulo 15: Lagunas mentales

1.8K 168 46
                                    

Abro los ojos y tomo una bocanada de aire, llevo mis manos hacia el cuello, el aire pasa con normalidad, pero yo no paro de temblar. Una presión en mi mano me llama la atención, es mamá, quien está sentada en una silla a mi lado.

Miro a mí alrededor, estoy en lo que parece ser la habitación de un hospital.

—Tranquilo... —Me dice con la voz calmada, una sonrisa yace en su rostro.

Al darme cuenta que no estoy en peligro intento calmarme, mi cuerpo duele bastante, pero dentro de todo, parece que estoy bien.

Parece que no estoy muerto.

—Hijo al fin despertaste. —La escucho decir es un tono muy bajo, ¿cómo que desperté?

—¿Qué ocurrió? —Pregunto aún intentando asimilar lo que está pasando.

Mamá traga saliva y su sonrisa desaparece, luego baja la mirada. —Tuviste un accidente. —Responde finalmente.

—¿Por qué... por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy vivo? —Tartamudeo, debo sonar como un demente, pero es cierto, yo sentí como ese cuchillo atravesaba mi garganta, yo "morí".

—¿De qué hablas hijo? —Cuestiona mirándome con el ceño fruncido.

—Mamá, él asesinó... É-él me degolló. —Explico con la voz entrecortada, pasando mi mano por mi cuello, mostrando como es que él acabó con mi vida.

—Amor, tranquilo, fue solo un sueño. —Contradice poniéndose de pie. —¡Doctor! ¡Despertó! —Grita con entusiasmo al asomarse por la puerta.

—¿Lo atraparon? —Averiguo con la voz firme.

—¿A quién?

—Al asesino. —Aclaro lo obvio, pero ella niega. —¿C-cómo están los demás?

—Hablaremos luego, ¿si? Después de tanto tiempo, sabía que despertarías. —Pronuncia acariciando mi cabello.

¿"Después de tanto tiempo"? ¿De qué habla?

—¿Mamá? ¿Qué está pasando?

Ella nota mi expresión de completa confusión, lanza un suspiro, me muestra una media sonrisa y vuelve a sentarse junto a mí. Su mano presiona la mía, parece que quiere decir algo pero no encuentra las palabras.

—Solo dime... —Suplico.

—Max, hijo... Estuviste en coma diez días.

—¡¿Qué?! —Exclamo, mis ojos se abren, no puede ser verdad, tiene que ser otra de sus horribles mentiras. El aire comienza a faltarme, solo que esta vez no encuentro una razón, lanzo un gruñido y suelto sus manos.

—No tengo claro qué piensas que ocurrió, pero todo eso fue parte de tu imaginación. —Me explica lentamente, escucho cada palabra y veo cada expresión que hace, buscando algún error en su relato, pero no lo logro, parece segura de lo que dice, y eso me da miedo.

—Mamá... Vi como mataban a Francis, como él-. —Me detengo, ni siquiera puedo decirlo. —Vi lo que le hizo a Peter.

—¿Francis? ¿Peter? —Cuestiona sorprendida. —Hijo, ellos están a salvo.

La terrible sensación que tenía en mi pecho se desvanece, ¿en verdad están bien? ¿En verdad él está bien?

No, yo lo vi, vi cuando ese maldito les arrebataba la vida, vi la sangre en el suelo, no pudo haberlo imaginado todo.

—Mamá deja de fingir. —Pido en voz baja. No puedo con más mentiras.

—No estoy fingiendo. —Asegura con firmeza.

El asesino de Brooklyn © [1] (NUEVA VERSIÓN YA DISPONIBLE)Where stories live. Discover now