Capítulo 18: Sacrificio

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Todo lo que sucede a continuación lo percibo en cámara lenta, la voz de Brad a través del micrófono de la cabina del DJ ordenándoles a todos que salgan de la casa retumba en mis oídos.

El resto de invitados se apresuran en salir, empujándose los unos a los otros, algunos ni siquiera son capaces de ver hacia adelante, están hipnotizados con los videos que reproducen las pantallas de sus celulares.

Nina pasa junto a mí de repente, chocando contra el hombro del pelirrojo, tiene el rostro empapado en lágrimas, el cual se cubre con ambas manos. La sigo con la vista hasta que entra en lo que parece ser su habitación, un segundo más tarde Jason pasa a toda velocidad hacia el mismo lugar.

Respiro profundo, Peter y yo bajamos las escaleras, encontrándonos a Megan, Brad y Lara, los tres están dando vueltas alrededor del sofá y la mesa ratona del hall.

Sigo aturdido por la situación, y mientras los demás hablan nerviosos de algo que no puedo descifrar yo me apresuro a enviarle un mensaje a mi mejor amiga. Necesito saber que está bien.

—¿Qué mierda está pasando?

—¿Creen que el DJ...?

—No, no tiene sentido, ni siquiera es de aquí. —Interrumpe Brad.

—¿Acaso algo de esto tiene un maldito sentido? —Exclama Lara.

—Muy bien, ¡Suficiente! —Grito callándolos a todos. —Por supuesto que tiene sentido, por si no se han dado cuenta, el asesino nos ha estado orbitando desde que se apareció, todavía no sé la razón, pero tiene que ver con nuestros padres.

—¿Disculpa? —Megan frunce el ceño. La mano que lleva hacia su pecho la hace parecer incluso ofendida por lo que dije.

No sé hasta qué punto debería decirles todo lo que sé, pero quizás de esta manera, si saben que son un blanco para ese psicópata tendrían más cuidado y podría salvarlos.

—Desde que todo esto comenzó el asesino ha dejado mensajes en las escenas del crimen. —Trago saliva. Los rostros de Brad, Megan y Lara son difíciles de describir, es una extraña mezcla entre confusión, terror y enojo. —En ellos pide...

Me quedo callado.

—¡¿Piden qué?!

—Que digan la verdad.

Mi cuerpo se tensa, los pelos de mis brazos se erizan y un escalofrío recorre mi nuca. Abro los ojos completamente, no fui yo quien respondió, sino una persona con la voz distorsionada.

A través de los altavoces está sonando su escalofriante voz.

—Hola queridos invitados. Bienvenidos a la noche que cambiará sus vidas, una noche que nunca olvidarán. Porque está noche... van a morir.

Una voz a lo lejos es percibida por mis oídos, reviso a mí alrededor, no lo veo por ninguna parte, lo cual me causa muchísima más ansiedad, sé que suena loco, pero prefiero verlo con mis propios ojos que pensar en qué lugar de la casa puede estar escondiéndose.

Un grito agudo proveniente de la segunda planta llama mi atención, Peter y yo intercambiamos miradas. Algo acaba de romperse con mucha fuerza.

—Llamen a la policía. —Anuncio mirando a Megan y Lara.

Las ahora gastadas palabras del asesino hacen eco en mis oídos; nada de policías, pero esta vez no dijo que era un juego, y sea lo que sea que haya planeado, no voy a permitir que nadie salga herido.

—Fortachón voy a necesitar tu apoyo. —Le digo a Brad, quien me sonríe con su dentadura perfectamente blanca.

Él pasa junto a mí, lo sigo con la mirada, se aproxima a la escalera, la cual cuenta con un pequeño compartimento debajo, abre la puerta que le queda bastante diminuta para sus ciento noventa centímetros y toma un bolso negro, son palos de golf.

El asesino de Brooklyn © [1] (NUEVA VERSIÓN YA DISPONIBLE)Where stories live. Discover now