Diario de una idiota

Idiot

Me siento idiota.
Idiota por darte hasta lo más profundo de mi alma sin esperar absolutamente nada de ti, y acabar con esta hecha mil trozos; trozos que se preguntan por qué han acabado así, destruidos, sin vida, que no saben qué han hecho para terminar de esa manera.
Idiota por perdonarte una y otra vez cosas tan feas que probablemente no me las perdonaría ni a mí misma.
Idiota por pensar que ibas a ser diferente, que esto iba a ser distinto, que podía terminar bien; o mejor dicho... Que no podía tener un final, que sería eterno.
Idiota por acabar echándote de menos mientras tú ni siquiera te acordabas de mi mera existencia.
Idiota por llorar cada noche por ti, a veces de amargura por no ser correspondida, otras de alegría porque hacías parecer que sentías algo por mí, y otras de tristeza por haberme arriesgado a apostarlo todo por ti, y acabar con las manos vacías.
Idiota por haber olvidado todo lo que tenía a mi alrededor para centrarme únicamente en ti, cuando yo simplemente era otra más de tus conocidas.
Sí, me siento idiota, pero estoy segura de que, un buen día, podré mirarte con la misma superioridad e indiferencia con la que me observas tú a mí hoy mientras me marcho de tu lado.
Hasta nunca, mi querido idiota.