Seras Solo Mia

Viaje al campo

Trent: ¡Suelta a mi chica ! -gruño-
Luke iba a contestarle pero se olvidó por completo al ver como Scott y Connor aparecían por el pasillo vestidos de una forma extraña, tenían botas y sombreros de gaucho, unos pantalones espantosos y una camisa por dentro de ellos. Fue gracioso, al principio no dijimos nada, nos quedamos todos callados, pero luego explotamos a carcajadas, no me daba cuenta pero cada vez más esos chicos se iban convirtiendo en mi familia.
Scott: ¿Cuál es la gracia? -preguntó sin entender-
Luke: No es necesario que usen eso chicos -dijo divertido, ellos entendieron y se unieron a las risas-
Yo: ¿Dónde queda tu campo Lu? -cambié de tema-
Luke: A dos horas de aquí. Simon nos dio la idea y obviamente no íbamos a negarnos -dijo obvio-
Yo: Me encantan los campos, mi abuelo tiene uno y siempre solía ir -dije algo apagada, recordando lo mucho que lo extrañaba-
Connor: Pronto los verás bebe -me tomó de los hombros-
Yo: Sí, lo sé -dije más animada- Iré a preparar mis cosas -alejándome-
Mientras me dirigía a mi cuarto, creí escuchar unos pasos detrás de mi, volteé y venía Trent tratando de alcanzarme, quería divertirme así que me largué a correr, me persiguió por toda las habitaciones, hasta que llegamos al baño. Cerró con llave la puerta y me miró sensualmente, levanté la mirada y me topé con su bello rostro meramente inmaculado. Reí, pero esta vez no fue por gracia, sino por nervios. De un segundo al otro, el muchacho ya se encontraba envolviéndome con sus brazos y apretándome junto a su torso. Su piel llana y pálida hacía lucir oscuros sus ojos, y las pestañas se expandían con firmeza hacía arriba. Sus labios rellenos y rosados se estiraron y formaron una bonita sonrisa curiosa. Le dedique una ceñía con mi dedo, invitándolo a probar mis labios de nuevo, pero justo antes del contacto, me escabullí por debajo de su cuerpo y le robé las llaves. Fui muy veloz y logré escapar del baño para seguir corriendo por el pasillo. Estaba por abrir la puerta de mi habitación, cuando sentí que sus brazos me alzaban, dejándome acorralada contra la pared, solo que esta vez me sostenía mucho más fuerte.
Trent: No quiero apresarte...solo besarte -dijo sensualmente estando a escasos centímetros de mis labios-
Comenzó a acortar más y más distancia, ahora iba directo a mi cuello, el contacto de su carnosa boca en mi garganta hizo que me erizara, traté de evitarlo pero no pude y solté un leve gemido. Tenía mil formas de escapar de sus brazos, pero ninguna se me ocurría, solo estaba concentrada en la perfecta manera en la que los labios del chico recorrían mi cuello, haciéndome sentir cosas que no se explican con palabras.
Se digno de una vez por todas a dirigirse a mi boca, empezó lento, rodeando con su lengua cada parte de mis labios, me estaba volviendo loca haciendo eso, yo le insistía para que me entregue su lengua, pero parecía que el quería hacerme sufrir. Ya algo frustrada, lo tomé bruscamente del cuello y lo apreté más hacía mi, logrando mi objetivo, que nuestros miembros carnosos tengan una guerra allí dentro. Detuvimos el beso para respirar, el muchacho mantenía sus ojos entrecerrados y como siempre, usando mi orgullo, me escapé de su alcance. Fui caminando hacía mi alcoba y al abrir la puerta, Trent apretó mis nalgas.
Yo: ¡Trent! -chillé fingiendo enfado-
Trent: ¡Yo no hice nada, fue la mano loca! -hizo un gesto con sus manos-
Me ruboricé un poco y lo invité a entrar al cuarto. Se sentó sobre la cama y nos quedamos hablando, nunca nos cansábamos de hablar de nosotros, de nuestras familias, de nuestras amistades y todo eso. Pero ahora el tema de conversación era el viaje al famoso campo de Luke. Planeamos lo que sería el día de mañana y estar a su lado lo encontraba cada vez más cómodo y magnífico. El tenía algo, algo distinto, como un poder para dejarme sin el habla o adivinarme los pensamientos a veces.
La tarde había llegado y el sol se había ocultado ya cuando Trent abandonó mi habitación. Había sido increíble haber pasado todo un día con el cuando no estaba en mis planes.

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Me desperté por la luz que entraba desde la ventana. Era un día frío, ahora que lo recordaba, era el primer día del invierno, y eso ya se hacía notar. Me duché rápido y escuché a James gritarme desde abajo.
James: ¡Mels ya estamos todos listos, solo faltas tu! -dijo apurado-
Yo: ¡Ya voy, ya voy! ¿Invitaste a las chicas? -grité desde mi habitación-
Samira:¡Sí, estamos aquí esperándote! -me saludó la novia de Connor-
Todo apuntaba a que este iba a ser un día increíble en el campo de Luke, sobre todo porque iríamos todos, las novias de Connor y Luke, mis dos mejores amigas, y los demás chicos.
Al bajar ya no estaban en la sala, tomé mi chaqueta junto a mi bolso y cerré la casa. Me esperaban dentro del viejo auto de Luke
No había casi espacio, así que opté por recostarme sobre las piernas de mi novio. Noté como se ruborizó y apartó la vista de la ventanilla para mirarme a los ojos.
Trent: Esta clase de amor convierte a un hombre en esclavo -me susurró, pero al parecer los otros chicos lo escucharon-
Amy: A pero parece que viene enserio la cosa -dijo con entusiasmo-
Trent: Vamos como desconocidos que se conocen muy bien -sonrió triunfante-
James: Mels definitivamente no se que le hiciste a mi amigo, pero lo transformaste -me dijo serio, aguantando la risa-
Yo: No es cierto, siempre tuvo su lado tierno, solo que no encontraba a quien demostrárselo -dije, para luego apoyarme en el hombro de Trent y dormir todo el camino-