Parque de diversiones

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Yo: No digas tonterías, no te dejaré hacerlo -le acaricié el cabello-
El quedo algo desconectado y estaba segura de que consideró una y otra vez su decisión, ahora no me encontraba infaliblemente segura de que el chico se iría; pero en vez de ponerme feliz, su duda me mataba, algo me decía que no debía dejar pasar algo así, el tenía que aceptar el contrato, era lo mejor para su carrera; por más eso doliera.
Scott: ¿Cuándo? -preguntó dolido-
Trent: Mañana por la madrugada... -alargo destrozado-
Yo: Mierda -rompí en llanto-
El permaneció inmóvil mientras examinaba con suma delicadeza cada gesto que hacia para ver si lograba adivinarme el pensamiento. Pero no pudo seguir porque Connor interrumpió su inválido intento.
Connor: Trent, ¿puedes preparar el desayuno?
Yo: ¡Pero si cocina horrible! -dije sin entender-
Trent: Oye -río- no lo hago tan mal...
Yo: No, solo eres peor que lo peor -solté una risita-
Trent: Amo tanto hacerte reír -acarició mi mejilla-
Yo: Y yo amo todas las cosas que me dices -lo besé y luego fue hacia la cocina- Ahora si, díganme porque lo mandaron a cocinar -pedí chistosa-
Connor: Organizamos una despedida sorpresa para Trent
James: Nos gustaría que nos ayudes -dijo inocente-
Yo: Claro... -suspiré- ¿Hoy a la noche?
Luke: Si, invitamos a todos sus amigos -murmuró por lo bajo-
Yo: ¿Qué necesitan entonces?
Scott: Que lo saques de la casa por la tarde y vuelvan de noche. A esa hora tendremos todo listo para la sorpresa -lloriqueó repentinamente-
Yo: No hay ningún problema, ya se a donde lo llevaré -dije con Scott apoyado sobre mi hombro-
Desayunamos de una manera extraña; para sorpresa de todos, Trent había preparado los sándwiches más deliciosos que alguna vez se hayan servido sobre esa mesa. Permanecimos entre bromas y llantos durante el desayuno, de a ratos cada uno de nosotros nos perdíamos en nuestros tazones, dejando la sala en completo silencio.
Trent: Quisiera que finjamos y que disfrutemos estos dos últimos días como si nada estuviera pasando
-rompió el silencio-
Yo: Claro -susurramos-
Al terminar de comer, con los chicos fuimos a hacer algo que Trent siempre había deseado; ir a pescar como frecuentaba con su padre. Aprontamos lo indicado para ir, cañas, anzuelos y todas esas cosas de las que en verdad no entendía mucho; tampoco me gustaba pescar, pero haría todo lo que sea necesario para que el se sintiera mejor.
Para mi desconcierto, quede agradablemente sorprendida, el lugar era muy hermoso, no quedaba muy lejos pero igual valía la pena ir. Pescamos un montón, excepto Scott, porque mientras todos estábamos concentrados en eso, el se dedicaba a tratar de prender una fogata para cocinar, pero no lo lograba. Cuando al fin pudo, hizo brolles de pescado, no eran algo así como de otro mundo pero estaban bastante ricas.
Así pasamos unas de las últimas horas que nos quedaban juntos, compartiéndonos un poco entre todos, aunque era imposible que no se generaran momentos de tensión.

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Un rato después de las seis de la tarde; cuando regresamos a la casa, fui a bañarme a mi habitación. Mientras regulaba el agua con cuidado porque me estaba quemando, sentí algo así como un ladrido que venía desde afuera del baño. Salí casi desnuda y me encontré a Trent buscando algo por debajo de mi cama.
Yo: ¿Qué haces?
Trent: ¿Recuerdas que te dije que tenía una sorpresa?
Dirigió su mirada hacia mí y ella se transformó al verme, me miró intensamente, pero con cautela, pude jurar que había una descarga de humor en el interior de sus ojos.
Yo: Si... -entrecerré mis ojos-
Trent: Bueno, tengo dos -sonrió-
Yo: Muéstramelas... -lo desafié-
Revolvió su bolsillo y sacó una cajita delicadamente forrada por un lindo papel. Le sonreí cálidamente y este respondió de la misma manera pero se rió algo burlón.
Lo abrí despacio y, era un espejo. No entendí el porque del regalo, pero de verdad me enojé un poco, debería hacer algo muy bueno para que lo perdonara esta vez. Al ver mi cara de desconcierto Trent largó una risa chistosa y rodeándome por la cintura susurró:
-Un espejo, porque después de ti los mas lindo es tu reflejo.
Al pronunciar esas palabras de una manera aterciopelada, todo mi enfado se desvaneció. Extrañaba a ese chico dulce que al parecer había vuelto; pero mañana se iría de nuevo. Me quedé sin respiración, por lo que las palabras no me salieron. El lo entendió.
Trent: El otro regalo... se escondió bajo la cama -dijo avergonzado-
Yo: a ver... déjame ayudarte
Me agaché del otro lado de la cama y me detuve al ver la cabecita de Trent del otro lado de esta.
Le sonreí y luego señalo mudo a una bola de pelos que estaba ahí abajo, me deslicé por el piso y la tomé. Era sencillamente el cachorrito más lindo que alguna vez hubiera visto; conocía esa raza pero ya se me había borrado el nombre. Lo llené de besos y caricias mientras Trent solo se quedaba allí observándome.
Yo: Trent...es hermoso -Suspiré. Y sin saber porqué una lágrima se resbaló por mi pómulo-
Trent: Es para que cuando no este te acuerdes de mi
Yo: De todas maneras me acordare de ti -suspiré- Adivina como le llamaré
Aguardé unos segundos tratando de hacerme la interesante y luego reprimí una sonrisa.
Trent: ¿Pancracio?
Yo: ¡No! -fingí asustarme-
Trent: ¿Dagoberto? -dijo de nuevo-
Yo: ¿Pancracio? ¿Dagoberto? ¿De donde sacas esos nombres? -deje escapar una risa desde la comisura de mis labios- Es obvio que se llamará Edward, por tu segundo nombre -sonreí-
Trent: Si, ese nombre es sexy -bromeó-
Yo: Sigue soñando -lo golpeé suavemente- Oye, pensé que estaría bueno ir al parque de diversiones, ya que mañana de noche te irás -musité-
Trent: Claro, sería divertido -asintió contento, al menos lo logré hacer sonreír-
Yo: Muy bien, espera que me baño y ya bajo -lo besé-
Me fui a la ducha y me probé un par de llamativas remeras, pero deseché la idea de ponerme otro conjunto provocativo y opté por una camisa de algodón sencilla y unos vaqueros.
Deje mi cabello suelto, permitiendo que se formaran húmedas ondas en el. Tome mi bolso y baje las escaleras.
El me esperaba en la puerta para abrirla. Nos subimos al auto y fuimos hasta las afueras de Londres, allí quedaba el parque. Jamás había ido, me moría de intriga por saber si era tan increíble como me lo contaban.

Seras Solo MiaWhere stories live. Discover now