Capítulo 22.

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Caía y sentía el sabor salado de mis lágrimas.. Sentía el sabor de la muerte.

Estaba cayendo, cada vez veía las rocas más cerca. Todo esto paso en una fracción de segundo.

Cuando unas alas negras se desplegaron en mi espalda cuando mis pies apenas tocaron el agua fría.

Me asuste muchísimo.. ¿Los demonios tenían alas?.

No pude controlar aquellas cosas que tenía en mi espalda. Ya que, sentía como que no sabia caminar.
Al instante, desaparecieron.. Y sentí como si mis omóplatos se encogieran. Nadé hasta la orilla. Y a los pocos minutos llego Zack.

-¿En que demonios estabas pensando?- Me gritó y se quedó parado.

-Ya sabes que es lo que pensaba.- Le dije. Aun algo asombrada ,sorprendida,triste.
Era una mezcla de emociones.

-Sabes a lo que me refiero..- continuó a decir algo. Pero sólo se abalanzo sobre mi y me abrazó. Respondí con el mismo acto. Conteniendo lágrimas.- No podría perderte Alice. No de nuevo.- Se puso serio.

-Lo lamento..- Le dije sincera. Y se me ocurrió preguntarle. -¿Los demonios tienen alas?-

Juntó sus cejas. Y prosiguió.

-Sólo los ángeles caídos. Me refiero a que, cuando caen, las alas puras que son blancas. Son cortadas, pero a la vez son reemplazadas por alas color negras. Todos los ángeles caídos las tenemos. Y no hay forma de que otra clase de demonios tenga alas.- Se puso serio.- Alice, además estoy orgulloso de ti porque para no morir utilizaste el bloqueo , eso es un avance. No sabia ni siquiera que lo conocías-. Me sonrió.

Estuve en shock por unos segundos.

-Zack, no utilice ningún bloqueo. No caí porque salieron alas de mi espalda.- dije y la noticia pareció caerle como un balde de agua fría.

-Es imposible.- Se pasó las manos por el cabello. -Tu padre biológico es un demonio y tu madre una mundana, es imposible que seas una caída.- me miró.

-No entiendo absolutamente nada.- dije.

-Yo tampoco.- pensó unos minutos. -Quitate el vestido.- Me ordenó.

-¿Qué? Zack, apenas nos conocemos.- le dije.

-Alice. No voy a violarte.. No hoy.- Dijo sonriente.

Lo medite unos segundos y lo hice.
Me miraba y tragaba saliva. Eso me hizo sentir un poco bien, nunca vi a Zack nervioso.

-Ponte de espaldas.- dijo autoritario. Lo hice y se acercó. -Ahí está.- me informó.

-¿Qué es lo que está?- Pregunté.

-Tienes las marcas recién abiertas. Si tienes alas. Alice, eres una caída.- Dijo y se alejó asombrado como yo.- Pero, es ... Es imposible , no podrías haber superado él entrenamiento si no eres un completo demonio. ¿Estas segura que tu madre era mundana?.- Dijo.

-No lo sé , es lo que ha dicho.- Miré al piso.

-¿Aun conservas esa carta?- me dijo acercándose.

-Si.- Dije.- Está en mi casa.-

-Bien, tenemos que ir allí.- Me dijo y me tomó la mano.

-No.- Me negué. -Por favor no.- le suplique.

-¿Qué paso allí dentro Alice?- Me dijo suavemente.

No quería decírselo. Así que me acorde de lo que me había dicho días anteriores. Debía mirarlo fijo a los ojos y vería mis pensamientos. Y así lo hice.
Lo tome de la cara y lo mire.

Pasaron al menos dos minutos y se movió de su sitio exaltado.

-Nono,no puede ser.- Dijo mirando frenéticamente al suelo.

-Si, intente llamarte en mis pensamientos pero fue inútil.- Le tomé la mano.

-yo...- dudo unos minutos.- Lo siento tanto Alice, no lo he visto. El maldito seguro habrá usado algún bloqueo para que no pudiera ver tus pensamientos.- Me abrazo fuerte.

-No es tu culpa, mi madre me advirtió sobre el y Jane. Y yo,no tuve cuidado.- me aguante las lágrimas..

-Debemos ver esa carta.- dijo serio. -Entraremos sin que nos vea. Vamos- Me tomo de la mano.

Y emprendimos rumbo a mi casa.

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