Capítulo 36.

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1 Mes Después.

No había cambiado nada desde antes.. Charles y Jane no volvieron a comunicarse conmigo, de todas formas mucho mejor ya que no quiero que lo hagan. Se rumorea que se han mudado a otro país, lo cual me alegra, cuánto más lejos los tenga mucho mejor. Mi trabajo iba cada vez mejor y el dinero que tenía ahorrado era bastante, pagaba los gastos junto con Zack, se enfadó un poco por eso pero al fin y al cabo logró aceptarlo, en cuanto a Dereck y Kat. Habíamos entablado una muy buena amistad, salíamos a comer juntos a una pizzería y lo pasábamos muy bien , obviamente también salíamos junto a Zack y toda su prole de amigos, pero bueno, a pesar de que eran algo brutos también nos la pasábamos bien.Black había crecido bastante, ya era todo un hombrecito. Y hoy me encuentro en los 30 minutos de descanso de mi horario laboral pensando en todo. Tuve que rogarle a Zack que no viniera por mi ya que tiene un gran resfriado. 

-¿En qué piensas Price?- Me molestó Dereck.

-En todo lo que ha cambiado este tiempo.- Le dije.

-Oh, ¿Y ha cambiado mucho?- Me preguntó apoyando un codo en la mesa.

-Sí.. Bastante, me enteré que mi familia en realidad no es mi familia.- Le dije sonriendo amargamente.

-¿Cómo es eso?- Río no entendiendo mi comentario.

-Que luego de que mi madre muriera, me enteré de que mi supuesto padre, en realidad no lo era. Y mi hermana tampoco lo era.. En fin, cosas de la vida.- Dije mirándolo.

De repente, se tensó y se atragantó con la bebida que estaba tomando.

-Hey, estas bien?- Le pregunté golpeando su espalda para que respire.

-S, si Alice.- Dijo forzando una risa. 

-Bien, a trabajar. Su tiempo terminó.- Anunció uno de los encargados del lugar.

Rápidamente, Dereck se fue en mi dirección opuesta, sin decir nada. Y yo seguí con mi empleo. 

Hoy había faltado una empleada y tuve que suplantarla, así que me tocaba la caja y los pedidos. Fue un día largo, pero ya me encontraba caminando hacia el departamento.

Espero que Zack haya mejorado, me partiría el alma verlo mal,me puse mis auriculares mientras caminaba por la noche oscura , en mi lista de temas sonó Come As You Are de Nirvana, un clásico sin dudas. 

Cuando iba subiendo las escaleras, decidí sacarme los auriculares. Abrí la puerta de entrada y me encontré algo que no esperaba jamás. 

Zack, estaba con Amanda. Los dos se estaban besando y el la tomaba de las caderas suavemente. El bolso que traía encima se me cayó del hombro. Y mis ojos se aguaron. 

-Alice, puedo explicar..- Intentó decir Zack pero Amanda interrumpió. Yo aún seguía sin poder decir palabra alguna. 

-Déjala mi amor. Hola ojitos raros.- Dijo Amanda levantándose de donde estaba Zack. Caminando hacia mi dirección.

-Alice, yo no quise debes cree....- Intentó decir nuevamente Zack.

-Ella no merece explicaciones bebé.- Le dijo Amanda. -¿Es que te comió la lengua los ratones?- Dijo posicionándose al lado de mi oído. -RESPONDE.- dijo y golpeó fuertemente mi mejilla rasguñandome con sus uñas de gato.

-¿QUE DEMONIOS HACES?- Le gritó Zack levantándose del sofá.  

Yo seguía sin emitir sonido, estaba realmente en Shock. Me ardía la mejilla, y el corazón me dolía. Lo sentía pesado, como algo que no debería estar ahí.. Cómo si no estuviera en su lugar adecuado. 

Tomé el bolso que estaba en el suelo, y salí caminando tranquilamente de allí. 

-Alice espera.- Zack tomó mi brazo. Lo miré mientras Amanda me miraba con una sonrisa burlona.

-SUÉLTAME.- le grité. -Ahora si ya no tienes que protegerme, cuida a Amanda.- Le dije mientras me disponía a bajar las escaleras.

-No te quiso ni tu padre, menos te querrá Zack idiota.- Acotó Amanda. 

Y bastó para que mis ojos se tornaron nuevamente rojos, los cristales no tardaron en romperse, uno cayó encima del brazo de Amanda, se clavó en su carne. Y acto seguido chilló. Sonreí débilmente de costado y salí de ahí.

Zack me había estado enseñando cómo manejar el clima según mi estado de ánimo. Intenté hacerlo y funcionó. Comenzó a diluviar, en el cielo, se alzaron nubes negras, a pesar de que sea de noche. La luna desapareció y las estrellas ya no estaban. Sólo había nubes y nubes, rayos, y pedazos de basura volando por los aires. 

Mientras la gente corría por las calles anunciando una gran tormenta, yo estaba caminando tranquilamente por allí. La poca gente que había me miraba raro.

-Niña sal de ahí. Te caerá algo.- Me dijo una anciana, la miré y le brindé una sonrisa.

¿Qué importaba eso ya? De repente, el furioso viento arrasaba con todo, mi pelo se movía de aquí para allá. Nada me lastimaría, no más. No sería la chica débil, ahora era fuerte. Muy fuerte. 

Lágrimas de frustración y odio, se mezclaban con la gran lluvia. mi pelo estaba mojado, al igual que mi ropa. 

Sólo había una sola cosa que hacer.. Huir, lejos. 

Corrí toda la noche, cada tanto algunos pasos se escuchaban tras de mi, pero no les dí mucha importancia. Estaba bien preparada, ¿Saben qué es lo que hace más poderosa a una persona? , no tener nada que perder. 

Corrí y caminé muchísimo. En mi bolso gracias a dios había puesto bastante dinero y ropa. Jamás me aparecería otra vez por allí, tampoco quería ver nunca más a Zack.. él, él se había llevado lo poco bueno que quedaba en mi, esa pizca de bondad y alegría. Me lo arrebató, se lo llevó. Y ahora era puro odio, rencor y ganas de venganza. Pero no contra Zack, jamás podría lastimarlo. Si no, contra todos los que me hicieron mal alguna vez, excluyendo a Zack, obviamente.

Llegué a un pequeño pueblo de las afueras de California. Estaba deshabitado, nadie jamás me encontraría ahí. 

En el transcurso de mi vida, me caí y me levanté centenares de veces. Esta vez, caí nuevamente, y estaba en lo más profundo y remoto que una persona puede llegar a caer. Y esta vez, no quería levantarme, no otra vez.


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