Capítulo 37.

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La casa abandonada era bastante acogedora, ni siquiera podía creer como era que estaba abandonada, pero me gustaba.. Tenía un aspecto muy mio. Su soledad, esa casa era el reflejo vivo de mi personalidad, estaba destruída, maltratada, solitaria y olvidada. Así era yo, y así era la casa. Por eso me reflejaba en ella.

Me mantendré con los ahorros que he juntado del trabajo con Ethan. Y ya que estoy pensando en eso, extrañaría muchísimo estar ahí, con Drake, Kat, Ethan, y mis compañeros. Me sentía parte de algo por primera vez en mi vida, me sentía como si perteneciera a ello, y no me sentí menos. Estaba acorde, sentí que las cosas me salían bien. Pero siempre hay algo que tuvo que empeorarlo, siempre lo hay. 

Cada vez que intento que las cosas buenas sucedan, algo malo pasa, y me lo saca, me lo arrebata, así de la nada. Y nuevamente, quedó en blanco, como un papel que aún no le han escrito nada, un papel vacío, sin vida. 

De todas formas, lo que peor me ponía no era dejar todo ello atrás, aunque sea gran parte de lo que estaba sufriendo en ese momento. Si no que lo peor, era la traición de Zack, aún no podía asimilarlo ni entenderlo, él.. Que había sido la luz en ese oscuro túnel en el que estaba, hoy mismo. Estaba siendo mi perdición, Zack debería haber dejado que muriera, y me hubiera ido con mi madre. Lo odiaba por eso, lo odiaba por no dejarme ir, lo odiaba porque me esté haciendo sufrir de esta forma, pero más que nada lo odiaba porque aún lo seguía amando. Esa conexión que tenía con él no la tenía con nadie en este mugroso mundo. Y odiaba que fuera así.. Odiaba tantas cosas que no me alcanzaría  la vida como para poder terminar de explicarlas. 

En este momento me encontraba sentada en el suelo de esa vacía casa.. En el sucio suelo, dónde tal vez tiempo antes vivía una familia feliz, una familia acogedora, una familia humilde. 
Pero yo no pertenecía a eso, no pertenecía a tener una linda familia ni mucho menos vivir esa vida.
Con todo lo que me ha pasado en la vida, he llegado al punto de pensar que tal vez mi lugar era éste. En el suelo frío, sucio y duro. Merecía estar tirada aquí, pisoteada, demacrada. Ese era mi lugar. Zack debería ser felíz con Amanda, tal vez nunca me di cuenta y fui demasiado egoísta. El necesita a alguien mejor que yo, es mejor que yo. Y lo que más deseo, es que sea feliz y se olvide de mi. Lo único que fui en su vida fue un mal recuerdo. Raziel se lo advirtió. El tendría que haberme dejado morir. 


Dejé mis malos pensamientos a un lado, saqué un cigarro y lo puse entre mis labios, dejando que el humo me consumiera. Caminé entre los enormes e imponentes árboles, mientras el último rayo de sol amenazaba con irse.. Esos pequeños rayos de sol se metían por los árboles, y dejaba un lindo paisaje. 

De repente, mi vista se nubló y ya no me encontraba en el bosque. Me encontraba en el mar, un mar calmo, de agua muy blanca. Llevaba puesto un short blanco, y una remera rosa claro. Mis pies descalzos danzaban en la arena, mientras corría. Veía todo lejanamente, estaba mi yo presente, observando la escena infeliz, y mi yo antigua feliz, corriendo. Y atrás de ella, Zack. 

-Déjame.- Le gritó ella riendo a carcajadas mientras su pelo se balanceaba al compás del viento.

-Ven aquí Alice.- Gritó Zack y siguió corriendo intentando alcanzarla. 

-No me atraparás.- Volvió a gritarle mi yo antigua. En cuanto tropezó con una roca y cayó al suelo , haciendo tomar ventaja a Zack. Quien se tiró encima de ella. Con sus respiraciones agitadas.

-Te atrapé princesita.- Dijo y depositó un beso tierno en sus labios. 

De repente, una ola los mojó a los dos. Ellos siguieron riendo a carcajadas, mientras sus cabellos estaban llenos de arena y agua. 



De un momento a otro, abrí mis ojos, y estaba en el bosque. Ya era de noche, estaba tirada en el suelo. 

¿Cuánto tiempo habría pasado de esto? Sentí la cara húmeda, de lágrimas involuntarias que salieron con prisa. 

Zack me había advertido tiempo antes que me acordaría poco a poco. Y quería recordar, pero no en este momento. No cuando acababa de traicionarme.

Me levanté despacio, y caminé de regreso a la casa, tropezandome con varias raíces sobresalidas de los árboles.

Llegué y me desplomé en el suelo, está de más decir que no había cama. Era una casa pelada, pero todo era mucho mejor que estar cerca de Zack en estos momentos. Así que me recosté en el suelo helado, tenía frío.. mucho.
Mi estómago estaba vacío, pero el hambre no llegaba, y ahora que lo recuerdo, no había comido nada desde ayer. 

Pensando y pensando en cosas sin sentido, fuí sumida en un sueño. 



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