Capítulo 48.

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Me levanté extremadamente tarde, y no exagero, eran las 16:56 PM cuando abrí los ojos y encendí el celular. ¿Porqué demonios había dormido tanto? En una hora y media maso menos debería estar partiendo hacia el bar. 

Me fui directo a la ducha y escogí ponerme un short tiro alto ya que hacia bastante calor y era un día soleado, y arriba una remera negra, lisa. Y por supuesto mis vans. Mi pelo lo dejé suelto, como la mayoría de las veces. Me puse arriba una camisa suelta porque corría algo de viento y conociéndome era una persona bastante friolenta. 

Ordené la cama y algunas cosas que habían desordenadas en la habitación mientras se hacia la hora de irme. 

Verdaderamente, estaba evitando toparme con Zack, ya que tenía la cara hinchada y roja de haber llorado tanto en la noche, y si no me lo encontraba, mucho mejor. Miré mi celular y eran las 17:20 PM, tenía que irme ya. 

Tomé mi bolso y salí de la habitación sigilosamente. Pero fue un intento fallido ya que Zack estaba frente a mi con un sándwich en un plato.

-Ten, para ti. No quise despertarte antes porqu..- Me sonrió

-Gracias, pero ya debo irme.- Me hice la dura, pero no funcionó con esos ojos azules que me miraban.-Tal vez mañana.- Reparé.

No lo dejé decir nada más porque me encontraba fuera del departamento en un instante.

Caminé las cuadras correspondientes y al llegar empujé la enorme puerta de vidrio. Encontrándome a Dereck colocando botellas de whisky en los estantes.

-Buen día.- Dije algo desanimada.

-¿Qué son esos ánimos Alice?- Dijo mientras le pasaba un trapo a una botella. 

-Cosas.. Lo de siempre.¿Tu cómo estás?- Le pregunté sonriendo débil.

-Bien, supongo.- Rió y continuó secando pequeños vasitos de vidrio. 

-Me alegro- Sonreí.

Luego de eso hice mi trabajo , saludé a mi padre y reí con mis compañeros. Además tuvimos que lidiar con un cliente que no se decidía por su plato. El día pasó bastante rápido y entretenido, lo cual es bueno, ya que no me dio tanto tiempo de pensar en Zack. Ya con mi ropa de entrada nuevamente, salí del lugar luego de despedirme de todos.

Y cómo no.. Estaba Zack en el paredón de la esquina mirándome. Llegué hasta ahí.

-Hola princesa.- Sonrió de costado.

-No tenías que venir.- Le dije fría.

-Pero, siempre vengo. No te librarás tan fácil de mi.-Rió pero dejó de hacerlo bruscamente cuando se dio cuenta que no me había hecho gracia. -Bueno em..- Carraspeó. 

-Mejor, vayámonos.- Dije y me fuí caminando.

-Traje el auto.- Me dijo mirándome.

-Bueno.- Me crucé de vereda abriendo la puerta del auto. Mientras me adentraba , segundos después Zack hacía lo mismo.

-Hay algo ahí atrás.- Señaló los asientos traseros sin mirar. 

Fruncí mis cejas y al voltear me estremecí. Había varios ramos de rosas rojas y negras. 

-Oh Zack.- Dije sonriendo, no podía evitarlo.

-Creí que te gustarían.- Miró el suelo.

-Si, claro que sí..- Lo medité unos segundos.-¿Existen las rosas negras?- Me di vuelta tomando un ramo y examinando una rosa negra. La toqué y mis dedos se llenaron del color. 

-Bueno pues.. Cómo a ti te gustan las cosas raras me tomé el trabajo de pintar cada una.- Sonrió nervioso mientras tragaba sonoramente. 

Una lágrima se resbaló en mi mejilla, nunca nadie jamás se había preocupado tanto por algo así. 

-Son perfectas Zack.- Lo miré con los ojos llenos de lágrimas.

-Nono, no llores, pensé que te gustarían.. yo..-Lo interrumpí.

-Claro que me gustan, no lloro por eso. Lloro porque, es demasiado para mi.- Miré las rosas perfectamente pintadas.

-No es demasiado, es poco. No tienes que llorar por eso princesa.- Secó una lágrima de mi mejilla con su pulgar. 

Sin tener más que decir dejé las rosas en el asiento trasero y me abalancé sobre Zack, quedando a horcajadas. Lo besé repetidas veces mientras reíamos. 

-Gracias, gracias, gracias. Eres hermoso.- Sonreí.

-No es nada.-Me dijo mientras me abrazaba de la cintura. Mi espalda chocaba contra el volante. 

Me volví a mi sitio y en pocos minutos llegamos, el viaje fue algo silencioso. Pero era un silencio calmante, no era incómodo. 





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