Capítulo 16

328 28 3
                                    

No quiero aprovecharme de ella cada vez que ella pueda o desee pero es que es débil a mí o los toques y caricias que le proporciono, no es tan bueno para mí porque ella me excita en gran manera y quiero que ella me toque igual o mejor. Me gusta jugar con ella, hacerla estremecer, provocarla y luego dejarla pensando y deseando más, que venga a mí un día y lo haga ella sola.

Estar a solas con ella es un desafío para mí tener que aguantarme a no tocarla, provocarla, excitarla. No ha gemido por completo mi nombre pero cuando lo haga, me consideraré una adicta a ella. Estoy adicta a su piel, siempre querré tocarla. Siempre pienso en cada incidente que hemos tenido que trato lo más posible de no tocarme pensando en ella las veces que estoy sola en mi cuarto.

Esta vez no me quiero sentir, quiero sentir a Vanessa y todo su cuerpo, su boca. Mis pensamientos hacia ella siempre son morbosos, sucios. Mis ganas por escuchar sus gemidos se intensifican. De lo excitada que estoy mi mano viaja hasta mi estómago, continua hasta mi vientre, bajo mi mano completamente excitada y toco mi clítoris pensando en ella, la sensación de mis dedos tocar esa parte sensible me hace explotar de deseo.

Continuo con mi labor de tocarme pensando en ella, me despojo de mis ropas para quedar abierta en mi cama, mirando la puerta. La sensación de que entre Vanessa y me viera hacer esto me produce más excitación, me abrí completa y metí mi dedo dentro de mí, grité su nombre como una desesperada. Muevo mi dedo dentro rápido como puedo, solo grito su nombre. Siento como se contrae mi vientre, empiezo a chorrear.

Mi respiración se agita. Vanessa. Grito su nombre en mi cabeza. Encontré mi liberación. Sonrío conmigo misma porque me siento satisfecha. Me tiendo en la cama para estabilizarme. Necesito una ducha. Ese esfuerzo me hizo toda. Mis pensamientos no van a otro lado que no sea hacia ella. Mis primeros días lejos de ella eran así, aún no sé cómo pude pasar los primeros 9 meses, si todo lo que pensaba giraba en torno a Vanessa.

Soy celosa, cada vez que la veo con Antonella. No es mía pero la celo como si lo fuera. Me siento más relajada por lo que me bajo de la cama de un salto, tomo mi toalla y me voy así, como sé que Vanessa está en su cuarto y no saldrá a menos que tenga hambre no llevo mi ropa limpia. Miro la hora y es la 3:45 p.m. No creo que venga a buscar algo que comer, hermanita.

Paso lo más rápido al baño rogando que ella no esté allí desnuda porque acabo de pasar por un momento que me dejó con ganas de más, para mí sorpresa y alivio no está. Suelto el aire que tenía contenido y me despoje de mi toalla, abrí la regadera y entré en el agua fría, me estremezco. Esta vez logré dejar mis pensamientos morbosos sobre mi hermana y concentrarme en la limpieza de mi cuerpo. Me depile completamente.

Me aplique mi jabón a olor canela y con cuidado de no tocar en mi parte sensible. Me siento satisfecha por mi trabajo sobre mi cuerpo, me lo quito con agua fría y me tardo un poco para pensar y suspirar. Me seco por delante pero dejo mi espalda húmeda, me gusta la sensación de frío sobre mi espalda. Abro la puerta, salgo mirando mis pies y choco con la única persona que está en casa: Vanessa.

— Ten cuidado — Digo enojada.

Pero algo dentro de mí se activó y dejé caer mi toalla al piso. La reacción de Vanessa fue épica, su boca se abrió, sus ojos se tornaron negros de deseo y me mira de arriba abajo, me muerdo mi labio inferior fuerte. Me agacho para agarrarlo y ella también lo hace al mismo tiempo, nuestras manos se juntaron y nos miramos, bueno ella miró mis senos y yo a sus ojos, sonrío por la forma lasciva que me ve.

— Cierra la boca, hermanita — Comento agarrando la toalla y me levanto — Se te cae la baba — Por reflejo cierra su boca y se pasa su lengua por sus labios mojándolos sin ella levantarse todavía. Deseo esa lengua pasando por todo mi cuerpo.

Mariposas DesorientadasWhere stories live. Discover now