Capítulo 21

312 25 0
                                    

 Mamá ha estado hablando sobre el día para que los tres se vean en un parque público. He estado saliendo mucho y no hablo casi con ella, encontré un trabajo en una empresa como secretaria de un señor, a veces le hago de niñera pero gano bien, que es lo importante, estoy al pendiente de Vanessa, cada tanto le escribo cualquier mensaje para que sepa que nunca dejo de pensarla, a pesar de que estoy algo ocupada.

Me llama solo para decirme que me quiere y desea estar conmigo en esos momentos, esas palabras me hacen reír de ternura y mis compañeras siempre me observan feo pero las ignoro. Nunca me imaginé estar tan feliz, estos momentos son valiosos, cada vez que estamos juntas lo guardo como un hermoso recuerdo, siempre hay un tiempo adecuado para que llegue el momento exacto para ser feliz con la persona correcta.

Ahora soy feliz a su lado. No me he olvidado por completo de Danielle, sé que no hemos terminado como se debe, no hemos hablado después del incidente con Vanessa en mi casa. Pero me di cuenta que para todo hay tiempo, no debemos apresurarnos, además la vida te prepara y para mí fue dolorosa. Aun no definimos que somos pero nos amamos y sabemos que no nos pueden separar.

Siempre me dice que está nerviosa por hablar con el señor, me platica en las noches que no sabe cómo decirle, me rio de sus ocurrencias y ella solo me golpea. Tengo este fin de semana libre y estoy feliz de por estar con ella en casa. Entramos en invierno y el frío es casi insoportable en las mañanas.

— Tienes frío — Me burlo de ella cuando entra a la cocina.

— Claro que no — Dice con los labios morados y temblando su quijada.

— Estás temblando, Vane — Digo riendo.

— No lo hago — Camina hasta la cocina y enciende una estufa.

— Si, si lo haces — Prosigo.

— No, Vale — Responde poniendo la tetera para hacerse su té diario.

— Sí — Digo decidida.

— No — Responde y sonrío.

— ¿Quieres ver quién pierde? — Me reta. Me gusta cuando empezamos a tener retos así, siempre gano.

— Tú perderás, Vane — Digo con aire de ganadora.

— No — Niega con su cabeza y me río.

— Si, no me rindo fácilmente — Me río porque ella es débil ante mí.

— No y que arda Troya — Dice levantando su mano cómicamente al cielo imitando tener una espada en su mano y me río.

Ella me dice que el reto es que tengo que hacerla reír, que si no lo logro ella me pondrá un penitencia, si lo logro entonces ella tendrá que hacer lo que yo digo. Nos quedamos en silencio por unos minutos mientras estoy comiendo mi cereal con leche. Empiezo a reír nuevamente porque siempre pierde y al rato ella me acompaña con su risa, volteo a verla y me quedo contemplando sus facciones.

Es tan perfecta, con un mentón recto, una piel suave, pestañas largas y abundantes, unos ojos hermosos, labios perfectos. Ella me observa riéndose aun y recuerdo que había un reto.

— ¡Gane! — Digo saltando del sofá sin derribar mi cereal.

— No has ganado — Vanessa replica muy seria.

— Soy la ganadora y tú no — Digo burlándome de ella.

— Di eso otra vez — Dice con brillo malicioso en sus ojos pero me hace querer decirlo otra vez.

— Soy la ganadora y tú n... — En eso toma mi mentón y me besa con ternura, apasionado y hermoso, correspondo a su beso, las dos sonreímos en el beso.

Mariposas DesorientadasWhere stories live. Discover now