Capítulo 28

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Llegué ese día a casa pero Vanessa no estaba había salido con Antonella quien regresó para fastidiar mi vida. Mamá con su amiga muy cariñosas esa noche y yo me quedé en mi cuarto pensando porque tiene que pasarme a mí, me molesté por haber sido tan tonta y no tomar esto con mucha seriedad. Al menos dos de nosotras está siendo feliz y eso es lo que importa en estos momentos.

Dejé la cena, tengo desde ayer sin comer, Vanessa se levantó desde muy temprano y no la he visto. Por un segundo me sentí como cuando ella estaba lejos de mí. Me siento tan estúpida, no me dolió lo de Danielle, quien todavía sigue escribiéndome y llamándome para arreglar todo, con palabras no se soluciona todo, ella perdió muchos beneficios al preferir a su jefa y dejarse llevar por los celos por Vanessa.

Se pregunta cuando se tiene dudas, no anda por la vida dando golpes a quien se le atraviese por el camino. Sé que también tengo culpa, en ese momento quería sentirla más y tocarla que no me percaté de la hora y en el momento que mamá pudiese llegar. Estaba cegada por el deseo de tenerla conmigo. Es que tenerla tan cerca y su piel hace que me olvide por completo del tiempo y del espacio en que estamos.

—Vanessa no vendrá a almorzar — Comenta mamá tomando sus cosas — Yo estaré trabajando toda la tarde, vendré a cenar.

—¿Tu amiga también? — Pregunto sonriendo.

—No, tiene cosas que hacer — Responde saliendo de la casa.

De nuevo sola. Camino hasta la cocina y me quedo de pies mirando todo a mi alrededor sin pensaren algo específicamente. Abro las gavetas para sacar el cereal y la leche para desayunar un poco antes de comenzar a arreglar la casa y a hacer mi almuerzo. Estaré sola en estos momentos. Me quedé dormida en el sofá por estar mirando una serie aburridísima, me desperté por el sonido de algo que se cayó.

Me levanto asustada y miro directamente hacia la cocina y me encontré con Vanessa dentro haciendo el almuerzo, miro el reloj que está en la pared y es exactamente la una de la tarde, frunzo el ceño y miro hacia el comedor y veo que está vacía. Camino hacia el baño para lavarme el rostro y poder enfrentar este día con ella, salgo y me percato que está hablando con alguien.

—Hola — Me saluda Antonella y está hablando con Vanessa.

—Hey — Camino hacia la nevera para tomar agua.

—Nos vemos mañana, muñeca — Todo mi cuerpo se estremeció cuando escuché que le dijo así.

—No, yo no puedo mañana — Dice tartamudeando Vanessa — Realmente, te he llamado para decirte que ya no nos podemos ver — Disimulo que estoy buscando cosas para picar y quedarme a escuchar esto.

—¿Por qué, que ocurre? — Pregunta nerviosa y asustada.

—Simplemente... — Tomo unas cosas de la nevera y empiezo a picar — Me gusta alguien más y no quiero estar contigo.

¡Toma! Eso duele.

Controlo mi alegría y sigo picando para echarlo en el pollo, no sé exactamente que dice o hace Antonella, lo próximo que sé es que escuché la puerta sonar y cuando alcé la vista ella ya no estaba. Preparamos el almuerzo tranquila, sin mediar palabras, tengo mis preguntas listas, mis dudas están listas para ser resueltas. Cuando terminamos, nos servimos para ir a comer.

—¿Por qué te fuiste? — Pregunto al minuto de sentarnos a comer.

—Necesitaba respirar — Responde — ¿Por qué nunca me entregaste esas cartas?

—Tú nunca viniste a verme, ni me llamaste ni me escribiste — Respondo con absoluta calma queriendo explotar y gritar — ¿Por qué nunca lo hiciste? Digo el escribirme o llamarme.

—No tenía tiempo para hacer eso — Dice mirando su almuerzo.

—Tenías tiempo para llamar a mamá — Digo masticando lentamente sin ganas de comer.

—¿Cómo sabes eso? — Me encojo de hombros — Valery... — La interrumpo.

—¡Shh! No digas nada — Le sonrío — Es mejor no saber nada que saber todo y sea doloroso.

Volvimos a comer en silencio. Sigo sin entenderla. Está bien se fue por los estudios, quiso hacer algo mejor para su vida pero no solo fue esa la razón por la que se fue. Me está ocultando algo, quiero saber, quiero la verdad aunque duela. Acepté que se hubiera ido, perdoné que no se haya despedido de mí, es más descubrí que la sigo amando desde 6 años atrás, nada ha cambiado.

—¿Dime la razón por la que te fuiste? — Pregunta de nuevo — Dime la verdad.

—Porque estaba enamorada de alguien — Responde Vanessa — Tenía que sacarla de mi mente y mi corazón.

—¿Lo lograste? — Pregunto curiosa.

—No — Responde con tristeza — Logré enamorarme más de ella — Levanta el rostro y veo un destello de luz.

—¿Qué pasó con ella? — Necesito averiguar quien fue la que le rompió su corazón.

—Estudió, conoció a alguien, era feliz — Alzo una ceja y frunzo el ceño — Ahora está soltera, es feliz y la tengo para mí.

—Entonces no es razón para estar triste — Comento sonriendo, tratando de ocultar mi dolor y mi sorpresa.

Le gusta alguien, esa fue la razón por la que se fue y por la que volvió de nuevo. ¿Por qué ha estado conmigo sexualmente? ¿Me está usando? ¿Está experimentando conmigo? Estoy empezando a creer que soy una especie de ratos con ella. Se está burlando de mí. Suspiro y me dejo llevar por el silencio que se instaló entre nosotras. Ella me mira de vez en cuando pero trato de ignorarla.

—¿Algo que quieras decirme? — Pregunto después de que ella me mira por octava vez.

—Estás celosa — Responde sonriendo — ¿Quieres saber quién es?

—No, gracias — Comento encogiéndome de hombros — ¿Cuándo irás a ver a tu padre?

—¡Es cierto! — Exclama al recordar — Lo había olvidado por completo — Niego con la cabeza.

—Siempre olvidas todo — Digo suspirando.

—Mañana, iremos las tres — Responde.

—Tengo que ir a trabajar mañana — Comento levantándome de la mesa.

—Deja de comportarte así conmigo — Replica molesta y se levanta molesta de su asiento como un resorte — Me fui por ti, por el amor que te tengo ¿crees que se hubiera visto bien a la sociedad que tú, mi hermana, fuese mi novia? ¡No, Valery! No — Exclama — Te amé, te amo y te seguiré amando... — Camino hasta donde está ella de pies para callarla de un beso.

Tomo su rostro entre mis manos para sostenerla, no quiero que se aleje y siga hablando. Me comporté como una estúpida pero trato de remediar mis errores haciéndole ver que la amo de igual manera o más que ella a mí. Nunca dejé de pensarla, de amarla ni un segundo. Cada rincón de mi vida grita su nombre pidiendo que me tome para sí y no me suelte por nada en el mundo.

—Perdón — La beso de nuevo.

—Te amo — Responde con otro beso — Eres mi primer y último pensamiento del día — Me confiesa.

— Me ocurrió lo mismo — Pego nuestras frentes y sonrío.

—Las leí todas, lo sé, no es necesario que hables — Dice abrazándome fuerte

Nos quedamos en silencio, estoy empezando a amar este silencio que se extiende entre nosotras. Nos separamos antes de que mi madre llegue, recogimos la mesa y cada quien lavo su plato, limpiamos todo para irnos a acostar juntas y seguir hablando de nuestras vidas. No todas mis dudas fueron resultas por lo que puedo seguir preguntando en mi cuarto lo que quiera saber.

Mariposas DesorientadasWhere stories live. Discover now