Colton #5

43.7K 2.1K 71
                                    

Me dije a mí mismo que esa noche yo no bebería y me comprometí para encargarme de servir las bebidas. De ese modo simplemente tendría que permanecer en la cocina la mayor parte del tiempo y no estar entre la multitud agobiante.

Mientras acababa un cigarrillo llenaba unos cuantos vasos a un grupo de chicas adorables que no dejaban de mirarme de arriba abajo. Solía llamarles la atención cómo vestía, casi siempre de negro, y cómo las camisetas solían ajustarse a mi cuerpo bien trabajado. Les atraía mi apariencia aparentemente peligrosa, quizás porque buscaban algo de acción en sus vidas. Pero la verdad es que yo era el tipo que los padres deseaban mantener alejado de sus hijas.

Les dediqué una media sonrisa y les entregué los vasos. A una chica menuda y rubia le guiñé el ojo y ella se ruborizó al instante. Estuve unos cuantos minutos sirviendo copas sin parar, sobre todo a todos aquellos que iban llegando a la fiesta.

No me sorprendí en absoluto cuando vi a Mary entrando a la cocina. Iba vestida con un espectacular vestido rojo que atraería muchas miradas aquella noche. Sí me sorprendió verla hablando con una chica de primer curso a la que no había visto nunca. 

Mary se acercó a mi puesto improvisado de bebidas.

—Hola, Colton. —Su sonrisa deslumbraba—. Hoy me sirvo yo.

Me encogí de hombros. Ella confiaba en mí, y yo en ella. Era de las pocas que me pedían que se sirviera ella misma y de las pocas a las que le dejaba.

Tenía a gente esperando para pedir, así que la dejé llenando sus vasos y me centré en el resto de pedidos. Mary se marchó, entregándole un vaso a su acompañante.

La cola fue desvaneciéndose, y di gracias por ello. Estaba harto de tener que hablar por encima de la música para hacerme oír. La gente reía, hablaba, bailaba y... se drogaba. Aquello era horrible. En realidad lo sabía; era horrible porque yo mismo había pasado por todo eso.

Apenas habrían pasado unos diez minutos desde que Mary había venido a la barra y su amiga ya se hacía paso entre la gente, aproximándose a mí. Supongo que no era muy consciente de lo que hacía, porque de repente apareció frente a mí, demasiado cerca. Era una chica alta, y más con los tacones que llevaba, pero aun así yo era más alto que ella. La miré arqueando las cejas, esperando a que dijera algo.

—Para pedir bebidas debes esperar el turno. Aún quedan dos personas—hablé yo al ver que ella no lo hacía, y alcé la voz para que pudiera escucharme con claridad. La situación me irritaba y divertía a partes iguales. Aquella chica se veía totalmente fuera de lugar.

Parecía realmente confusa o avergonzada. Sus mejillas estaban encendidas, debido a la aglomeración de gente y el alcohol, pero sin duda también por la vergüenza. Me crucé de brazos y le sonreí, con la diversión pintada en mi cara.

Las dos personas que esperaban comenzaron a protestar. Pero yo seguía esperando a que ella hablara.

—Verás, mi amiga antes vino y llenó dos vasos ella misma. Ella no pareció pedir permiso en absoluto al venir y...

—¿Te refieres a Mary?—la corté yo al notar su vacilación—. Ella tiene pase VIP, chica. Espera a que sirva a estas dos y te dejo a ti.

Mantuve mi mirada sobre ella un instante más, para ver si había captado la idea. Serví las bebidas, dándole la espalda, y cuando se fueron me centré en ella.

—Bien, chica. ¿Qué quieres? 

—Servirme una copa—dijo mientras descruzaba los brazos.

No me había dado cuenta de que había estado bastante atento a cierta parte de su anatomía que era más evidente al tener los brazos cruzados.

Alguien ImperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora