Alguien Imperfecto

CAPÍTULO 9

No dije nada y él comenzó a desabrochar el cinturón. Me quedé aún más paralizada. ¿Qué hacía? Después el botón y la cremallera, los bajó con rapidez y se quedó tan solo con unos bóxers negros. ¿Toda su ropa era del mismo color?

—Oye, ¿es necesario que te desnudes?—dije.

—Duermo mejor. Además, no he traído pijama y dormir con los vaqueros es bastante incómodo. —Me miró otra vez con sus penetrantes ojos marrones—. De todos modos no es que tú vayas muy vestida.

Apagué la luz y puse los ojos en blanco. De entre todos los imbéciles me tuvo que tocar él. Ni siquiera pude entenderme a mí misma, porque al fin y al cabo le permití que se quedara. 

Me dirigí a mi cama y me senté. Él se tumbó con una pierna flexionada y los brazos tras la cabeza. Lo miré de reojo y cogí aire, una profunda bocanada, intentando darme valor a mí misma.

—Podrías haber ido a la habitación de otra. Tienes amiguitas por todas partes—dije con un tono molesto. ¿Por qué estaba siendo así?

—No, no tengo amiguitas. En realidad solo me tengo a mí. Y Thomas, pero esta vez no voy a ser yo quien le ayude. Simplemente pensé en venir aquí porque Will me dijo que estaría con ella toda la noche.

—No me conoces. No me gustas.

—Deja de mentirte.

Y sus palabras se clavaron en mi pecho, casi parecía que me quedaría sin aire. Lo miré detenidamente, pensando si me gustaba, si había algo en él que realmente llamara mi atención. Y solo pensé en que era muy diferente a James.

Vi sus brazos en tensión y me acordé de cómo se sentían bajo mi piel, al cogerlos con fuerza. Me sonrojé y me alegré de que la luz que entraba por la ventana no fuera suficiente como para que se apreciara el color en mis mejillas. Me llevé las manos frías a la cara para poder aliviar el calor.

—No deberías estar aquí—le dije de nuevo.

—Oye, déjalo ya. No sería la primera vez que te encuentras en una situación parecida. —Me miró.

Dios. ¡Sí que lo era! ¿Por qué todo el mundo daba por hecho que todas a los dieciocho años habían tenido momentos con chicos? Yo nunca había estado en una situación parecida con nadie. No había dormido con ningún chico nunca.

—Te equivocas. Nunca he dormido con un chico—dije con timidez.

Él rió y se incorporó para mirarme.

—Así que eres de usar y tirar. Vaya, eso sí que no me lo esperaba.

¡¿Qué?! Apreté los puños y entrecerré los ojos, mirándolo directamente.

—No, no uso a nadie. Simplemente nunca he estado con un chico. Yo... no...—Fui bajando el tono de voz y me sentí avergonzada y estúpida. Me estaba dejando en ridículo.

Él pareció comprender lo que decía y solo murmuró un "oh". Debía estar roja, tremendamente roja. Colton parecía tener un don para hacerme sentir miserable, enfadada, estúpida y avergonzada, todo al mismo tiempo.

—Eres virgen.

Me abracé las rodillas y lo miré directamente. Ahora estábamos sentados frente a frente, cada uno en su respectiva cama. Pero nuestros ojos no dejaban de mirar los del otro.

—Es que te movías de una manera cuando estabas con James...—dijo él con inseguridad en la voz. 

Intenté grabar eso en mi memoria. Creo que sería la única vez que Colton se sentiría inseguro. Nunca me había molestado el hecho de seguir siendo virgen. Siempre pensé que algún día me llegaría el momento y que lo más importante era estudiar. El tema chicos vendría más tarde, cuando mi vida estuviera más estabilizada.