CAPÍTULO 14

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Nos detuvimos en la gran puerta de la residencia femenina, yo con mis dos maletas en mano y él con la suya. Miré sus ojos azules y sonreí. Entonces se acercó a mí y me dio un beso de despedida antes de que entrara. Subí las escaleras y supe que él aún no se había marchado. 

No estábamos corriendo, sentía que no estaba precipitándome y que de momento solo éramos dos personas conociéndose y gustándose. James era encantador y simpático. El resto de días que estuvimos en el pueblo los pasamos quedando y dando largos paseos mientras la nieve caía lentamente a nuestro alrededor. Tuvimos tiempo de conversar y descubrir más cosas del otro. Incluso mi madre estuvo más contenta al saber que estaba quedando con alguien. No le di detalles acerca de quién era o lo que empezaba a significar para mí.

Cuando llegué a la puerta de mi habitación me di cuenta de que me había fatigado. Tenía una resistencia física penosa. Suspiré y cogí aire, recuperándome solo un poco antes de abrir la puerta. Mary estaba sentada en su cama con Will a su lado mirando el móvil, pero ella miraba a alguien más. Ese chico alto y fuerte que estaba observando distraídamente por la ventana. Colton. 

Se me paró el corazón y me obligué a actuar con normalidad, a dejar las maletas en el suelo y saludarlos a todos como si no pasara nada. 

—Bueno, ahora podrás proponérselo tú mismo—dijo Mary mirándome a mí y después a Colton.

Alcé las cejas y cerré la puerta detrás de mí.

—¿Ocurre algo?—pregunté mirándolos a todos excepto a Colton.

Él no me había mirado ni una sola vez, ni siquiera cuando Mary dijo aquello. Me sentía nerviosa, aterida. Temía el momento en que él se girara y me mirara a la cara. Pero, ¿por qué? Sabía que con aquellos pensamientos solo estaba siendo una imbécil inmadura. Y eso no era muy propio de mí.

Will rió de repente mientras sacudía la cabeza. Desde luego era algo que estaba viendo en su teléfono móvil. Miré a Mary con expectación. 

—Colton dice que Thomas vuelve a celebrar una fiesta. Esta vez será mucho mejor que la anterior. Nos ha invitado y ya que estás aquí...—dijo al fin.

No sé qué sentí en ese momento. No sé si estaba aliviada al comprobar que no era algo grave o si estaba asustada porque no quería ir a ninguna fiesta que tuviera que ver con Colton.

—No, ella no hace falta que venga si no quiere. Es una cobarde, ¿no es así?—habló él por fin, girándose y apartándose de la ventana. 

Alcé las cejas cuando me miró. Se cruzó de brazos y abrió ligeramente las piernas. Sus brazos se tensaron y noté sus músculos bajo la fina camiseta negra. 

Tragué saliva e intenté apartar el pensamiento que empezaba a invadir mi mente. Me miró con una ceja levantada y su mítica sonrisa torcida, provocándome. Y lo cierto es que realmente me ofendió. ¿Yo una cobarde? ¿Qué se había pensado?

—Solo porque no quiera participar en una de vuestras grandes orgías con alcohol y múltiples drogas no significa que sea una cobarde. Me atrevería a decir que es bastante sensato por mi parte el mantenerme alejada de ti y de la gente como tú y vuestros rituales.

—¿Rituales?—repitió él riendo, tirando la cabeza hacia atrás y dejándome ver su nuez en movimiento—. Una gran fiesta con música y alcohol te queda demasiado grande, por lo que veo. No tienes porqué drogarte para pasarlo bien ahí. De todos modos no me apetece tener que volver a hacer de niñera con una niñata empollona como tú.

Abrí un poco la boca, verdaderamente sorprendida con su respuesta, y me odié por dejarle ver que realmente me había dejado sin palabras. Ese imbécil ahora estaba serio, mirándome con los ojos marrones fijos en los míos. Me entraron ganas de gritarle que era un cretino. Ya era mayorcito como para comportarse así.

—Chicos—intervino Mary levantándose de la cama y acercándose a Colton—. Tú, déjala. Evelyn no es cobarde, simplemente escoge qué hacer. Y tú,—me señaló a mí— puedes soltarte de vez en cuando y no pasaría nada.

Gruñí y giré la cara para no tener que ver a ninguno de ellos.

—Al llegar de vacaciones lo que una espera es un "¿Qué tal ha ido todo? ¿Lo has pasado bien?", no enfados, estúpidas fiestas y...—Me callé antes de estropear aún más la situación—. Pero, ¿sabéis qué? Voy a ir. Iré a la maldita fiesta.

Creo que me arrepentí casi al instante de decir aquello. Fui una estúpida. Por puro orgullo acepté ir a un sitio al que no quería. Pero no iba a permitir que ese imbécil me tomara por una estirada empollona, una niñata, como me había llamado él.

—No me haré responsable de ti cuando te emborraches—rió Colton, avanzando hacia mí.

Me puse nerviosa y lo observé mientras se aproximaba a mí. El pulso se me aceleró y...

Él pasó junto a mí, puso la mano en el pomo y, antes de irse, me susurró:

—Cuidado con esas elecciones tan "sensatas".

Me quedé helada, quieta en el sitio y con la respiración ligeramente acelerada y el corazón alterado. Él se fue y me sentí mucho más tranquila cuando se hubo ido.

—¿Seguro que vendrás?—me preguntó Mary.

Asentí con la cabeza y me dejé caer en mi cama, agotada. Me había metido en un lío. O al menos era un lío para mí. Quedaba una semana de vacaciones antes de que empezaran las clases y con ellas el estrés y las largas horas de estudio. Una fiesta antes no me vendría del todo mal, pero aun así...

—La fiesta será dentro de dos días, en la casa de Thomas. Pero habrá gente de otras universidades y chicos que no son tan buena gente. Aunque nunca ha pasado nada y he acudido a muchas fiestas como esa, créeme—me comentó Mary sentándose a mi lado.

Suspiré.

—Iré de todos modos. Tu amiguito Colton no puede llamarme cobarde e irse como si tal cosa—respondí.

—Lo que diga "mi amiguito" Colton—hizo el gesto de las comas con los dedos con una gran exageración y remarcando bien las palabras— no debería importarte lo más mínimo. Yo quería que vinieses conmigo y por ti, no por nadie más. No quiero que vayas obligada.

—Voy porque quiero—repuse con desdén. 

A veces Mary podía parecerse demasiado a una madre.

Will dejó el móvil al fin y se volvió para mirarnos. 

—¿Y Colton?—preguntó.

Mary se levantó y fue hacia él riendo.

—A veces eres de lo más despistado. Hace apenas un minuto que se ha marchado. —Se inclinó hacia él y colocó sus manos a ambos lados de la cara del joven y le plantó un beso en los labios.

Él sonrió y se levantó.

—Está bien. Creo que me voy ya, chicas. Que lo paséis bien.

Mary lo despidió efusivamente con un gesto de la mano. Yo observé la escena con  diversión contenida.

Ella me miró, esta vez un poco más seria.

—¿Tienes algo que contarme?

—¿El qué?—le pregunté.

—No sé... Te veo extraña. ¿Ha pasado algo?

—¿Lo dices en un buen sentido? 

Pensé en James. Si era eso, ¿tanto se notaba? Yo no me sentía tan diferente. Solo estaba enfada en ese momento por culpa de ese cretino imbécil y prepotente.

—No lo sé, porque desde que has llegado solo te he visto discutir y has pasado del temor a la sorpresa, de la sorpresa a la ofensa y de ahí al cabreo. Si es por Colton puedo hacer que deje de venir aquí.

—Podría servir de ayuda. Si te digo la verdad, lamento el día en que me acerqué a la barra de bar improvisada que él dirigía y me decidí a servirme yo sola y tuve que enfrentarme a él por primera vez.

Lo dije deprisa y con un tono tenso en la voz a la vez que frágil. Lo pensé bien y analicé cómo me sentía con Colton siempre que nos encontrábamos. Él solo conseguía enfadarme al final. Ese era el efecto que causaba en mí. Y posiblemente, a pesar de eso, no lamentara tanto aquel primer encuentro que tuvimos.


Alguien ImperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora