Alas de cristal [LIBRO 2]

Capítulo 16

EMMA

—Necesito oír tu voz... —me implora una vez más, pero estoy muda, prácticamente siento que, si hablo, una capa negra caerá sobre mí... O un techo luminoso en su lugar. 

Siento que si hablo, ya no podré contenerme y las lágrimas serán las delatoras de mis sentimientos, además de mi intrépida mente que se deja leer por el ángel de mi lado.

Tengo miedo de hablar, porque mis emociones son prácticamente incontrolables en este momento, y puedo estallar... Y si estallo y tengo uno de mis "momentos Emma" de desatar mi parte de demonio, ¿no traerá problemas? ¿No pueden rastrear la energía irregular y encontrarme? 

¿Qué hago en este sitio? O mejor dicho, ¿qué es? ¿Por qué en esta habitación todo es esa... cosa de energía luminosa? ¡Casi muero por ella! ¿No es peligroso? 

Casi muero...

Un sollozo escapa de mí al notar que casi dejo la vida en un mundo desconocido, que estoy demasiado lejos para ver a mi familia... Atrapada en... 

Atrapada en el cielo.

—Julie es una idiota, ella sabe qué pasa cuando se tira energía a... —Su voz se va apagando a medida de avanzar aquella oración. Supongo que lo hace porque quiere escuchar mi mente, supongo que lo hace para no decir más antes de tiempo.

O ¿tal vez para que yo hable?

Sin embargo, las palabras de Owen entran en mí, y comienzo a procesar más lentamente la información.

Julie me ha engañado, ella me insultó, me golpeó, amenazó a mi familia... Y todo fue fingido, una actuación, una mentira sucia para observarme como una rata de laboratorio... Pensar en ello no me ayuda a controlar mi shock y otro sollozo aún más fuerte sale de mí. Los brazos de Owen vuelven a rodearme fuertemente, pero yo estoy recorriendo una y otra vez la rama de mentiras en la que me vi metida.

—Mierda, ¡te hizo tanto daño! ¡Y mi hermano también! ¡Él sabe que Julie...! ¡No pudo ser tan ciego! —empieza a mascullar Owen, lleno de rabia. Quiero decirle que se calme, que ésas son cosas que también están procesándose en mi cabeza, que seguro él lo sabe pero... No puedo. No puedo hablar, y el simple hecho de que él esté diciendo todo eso en voz alta no hace más que traerme al mundo real. Sufrí por una mentira. Julie es una mentira. 

Finalmente ya no puedo contener más las pequeñas lágrimas que caen sin cesar de mis ojos, gotas que Owen me limpia antes de que salten al vacío. 

—Ella no te hará más daño, Honey. No se lo permitiré —me susurra repleto de convicción cuando sus ojos conectan con los míos—. Lo siento tanto... 

Nos quedamos parados en el medio de una habitación vacía por un rato, él consolándome y yo sin dejar de llorar, mostrándome vulnerable justo con la persona que me necesita fuerte en este momento.