¡Capítulo extra!

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LOS SUCESOS DEL CAPÍTULO PASAN ANTES DEL EPÍLOGO


—Emma, simplemente no tiene sentido que te sientas así. —La voz de Owen llega a mí a pesar de mi intento de evadir la realidad con música; tomar conciencia de mi alrededor me hace sentir más nerviosa todavía.

Su mano, aferrada a la mía, me aprieta suavemente para darme ánimos y yo le regalo una pequeña sonrisa como respuesta. Delante de nosotros hay tres personas esperando su turno, pero la fila avanza realmente deprisa y la sala no es muy grande: en cualquier momento me tocará a mí.

—No sé si pueda hacerlo, Owen —le confieso en un débil susurro, apenas audible. Sin embargo, él lo escucha.

Me quito los auriculares y los dejo en mi pequeño bolso. «Ni escuchar música ayuda», pienso para mí mientras Owen me observa confuso.

—¿Me estás diciendo que tienes dudas de lo capaz que eres? ¿Incluso después de haber salvado mi mundo enfrentándote a la persona que alteró el equilibrio del Cielo?

—Esto es distinto... —intento explicarle, pero él sigue con su monólogo.

—Honey, no lo es. Fuiste capaz de lograr cosas que parecían imposibles. Esto podrás hacerlo sin problemas. —Niega con la cabeza y levanta una comisura, formando una de esas sonrisas ladeadas que tanto me gustan a mí.

—Es la universidad, ¿lo entiendes, no? No es que haber salvado al mundo me ayude a cursar las materias y terminar la carrera.

—¿Ah, no? ¿Y que tu novio sea un ángel extremadamente sexy y pueda soplarte telepáticamente las respuestas de los exámenes no ayuda? —me desafía y yo no puedo evitar reír. No sé cómo lo hace, pero siempre logra sacarme una sonrisa, incluso cuando me invade la preocupación.

—¡Definitivamente eso no pasará! ¡No haría eso nunca! —le suelto la mano y le doy un empujoncito a su brazo que no logra moverlo ni un centímetro; Owen se une a mí, riendo también, y nuestras voces pasan a ser el único sonido del lugar. Me muerdo el labio después de notar que varias miradas fueron atraídas por nuestras risas. —Lo siento —murmuro y no tardo en ruborizarme por la atención, sintiendo la necesidad de salir corriendo del lugar de una vez más.

Owen, sabiendo que logró su cometido, expone su amplia sonrisa dejándome ver sus hermosos hoyuelos. Sus ojos, de un azul cercano al celeste, conectan con los míos y sus comisuras se ensanchan.

—Eres hermosa, Honey —dice luego de descubrirme viéndolo como una boba. Él se acerca un poco más a mí y me da un casto beso en los labios que parece llevarme otra vez al Cielo. —Ya es tu turno —agrega y los nervios vuelven a mí.

Efectivamente es así: la señora que recibe mis papeles nos mira con una sonrisa cómplice y revisa que la documentación esté en orden, finalmente sella la hoja de la inscripción, pidiéndome que entrase a la página de la universidad en veinte días para completar el papeleo.

Prácticamente salgo saltando de aquella sala.

—¡Soy universitaria! —exclamo y Owen ríe detrás de mí.

Siento sus brazos rodearme, llenándome de calor. Los nervios parecen haber desaparecido, siendo reemplazados por nuevas expectativas.

El campus de la universidad es enorme: árboles, caminos bordeados por una pequeña muralla y césped rodean la estructura. Montones de alumnos vienen y van, entrando y saliendo de sus respectivas clases, y me ilusiona y aterra pensar que seré una de ellos.

—¡Hola, vida semi-normal, rutina y todo eso! —bromeo, arrojándome al césped. Owen se acuesta a mi lado, colocando su cabeza en mis piernas. Comienzo a jugar con su cabello de noche mientras me pongo a pensar en cómo será mi vida desde ahora.

Obviamente no será del todo normal jamás: primero porque no soy humana, segundo porque no envejeceré nunca y tercero porque tengo una responsabilidad en otro mundo; soy la mediadora entre dos especies, los demonios y los ángeles, y cuido la paz de ambos.

Tengo a mi familia aquí, ellos sí son humanos y no estarán por siempre conmigo, al igual que mis amigas. Quiero estar con ellos el tiempo que pueda...

Tomo mi celular del bolso y les escribo a mis padres las nuevas noticias. Dejo mi móvil en el pasto a la espera de su mensaje de vuelta.

—Deberías anotarte, tendremos tiempo de sobra aquí —le digo a Owen, rompiendo el silencio.

—Esto lo dejaré para ti —contesta después de varios segundos de pensárselo—, yo tengo otra misión aquí, y es protegerte. Y solo quiero tener mi atención puesta en ti, ¿vale? —Owen se sienta sobre sí y toma un mechón de mi cabello, que a la luz del sol parece ser dorado, acomodándolo detrás de mi oreja—. ¿Vamos?

—Vamos —respondo. 


Es una extracción de un relato que tuve que escribir para los WOWAwards, y una de mis partes preferidas

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Es una extracción de un relato que tuve que escribir para los WOWAwards, y una de mis partes preferidas. :)¡ Quería desearles a todos muy felices fiestas!  Que reciban mucho amor, y regalos (*ejem* libros *ejem*), y empiecen bien el año.

¡LOS AMO!

-Bri. :)

Alas de cristal [LIBRO 2]Where stories live. Discover now