Capítulo 4: No Voy A Estar Solo

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Vuelvo a despertarme temprano, antes de que suene la alarma del celular. Es como si mi mente se despertara a esta hora como un gallo apunto de cantar al salir el sol. ¿Por qué me pasa esto siempre? Creo que me sentía agotado mentalmente ayer por todo lo que tuve que asimilar. Mi padre viene a cenar esta noche, mientras que mis amigos se quedan a cenar, y después del instituto me quedo con Ricky en su casa para comer. Lo que me parece un poco raro, ya que vivimos pegados.

Me levanto de la cama, con la pereza pegada al cuerpo, y me acerco al armario para vestirme. Hoy me pongo unos vaqueros azules, una camisa negra, una chaqueta gruesa blanca y los zapatos azules de marca Fila. Salgo de mi habitación y me voy a la cocina, sin hacer ruido, claro. Me hago un vaso con cola cao y un par de tostadas. ¡Se me ha olvidado otra vez el celular y los auriculares! Me golpeo la frente al ser tan olvidadizo.

Subo las escaleras y entro en mi habitación. Cuando recojo el celular y unos auriculares, la ventana suena y puedo imaginarme quién es el culpable del sonido. Me asomo y, en efecto, es Ricky. Desde ayer sabe que no puedo hablar o despertaré a mis dos chicas, así que me escribe en el WhatsApp.

Ricky: ¡Buenos días!

Marth: ¡Buenos días! √√

Ricky: ¿Quieres que te lleve al instituto? No es molestia.

Marth: Sería genial. √√

Ricky: Bien, entonces te aviso para cuando esté listo y te sales a la acera. Te estaré esperando en la carretera.

Marth: Vale. √√

Se despide por la ventana, diciendo un hasta luego por el aire. Bueno... otra vez a esperar. Bajo las escaleras y justo veo a mi madre despierta. No me lo esperaba para nada. Me acerco a ella y puedo notar en su mirada preocupación.

-¿Estás bien, mamá? -le pregunto, aun sin saber el por qué está despierta a esta hora.

-No puedo dormir, estoy preocupada. ¿Qué pasa con el vecino? -wow, que inesperado.

-Es un amigo -contesto a su pregunta y prosigo-. Creo que ya sabes que se llama Ricky. Me ayudó en el instituto de caer al suelo y ser el punto de atención y de las risas. Le debo una, por cierto.

-Ah, yo creía que era algo más especial.

-¿En qué sentido? -¿especial? Creo que está delirando.

-Como si fuerais... novios -siento como si mi madre me hubiera golpeado en toda la cara con esa palabra.

-¿En qué te basas para creer eso?

-Pues... En cómo te mira. Sus ojos transmiten algo... raro. No sé con exactitud.

-Debo decirte que estás muy equivocada con su mirada -¿y si no lo está? Las madres tienen un sexto sentido bastante desarrollado, ojalá tuviera ese sentido-. ¿Por qué no intentas dormir? ¿O por lo menos tomarte un café?

-Es que no quiero, aunque el café me sentará bien.

La miro un poco apenado. ¿Esos nervios que tiene los he ocasionado yo? Vaya tontería. Aunque si lo pienso bien, seguro que está un poco nerviosa por lo de esta noche. ¿Cree que le voy a contar a mi padre homofóbico que soy gay? ¡Ni de broma lo voy a hacer! ¡Acabaría con un cuchillo en el pecho mientras mi padre grita que me expulse el demonio maricón que llevo dentro! No puedo dejar que pase eso.

Me vuelvo a acercar a ella y le doy un abrazo, haciéndola entender que no debe de estar preocupada ni nerviosa por nada. Levanto su mirada y le doy un beso en la frente.

-Todo irá bien, mamá. ¿Escuchaste? -me pongo a su altura para mirarla a sus preciosos ojos-. No va a pasar nada malo.

-Lo sé, ¿pero y si ocurre?

Popular NO Busca Pareja (Gay)Where stories live. Discover now