Capítulo 25: Baila Conmigo (III)

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Un descanso nunca está mal, tengo los pies un poco cansados, así que mejor estar quieto y esperar a recuperarme. De mientras veo a Jennifer y a Gloria bailando como loca, riendo entre las dos mientras hablan delante de todo el mundo.

Veo a Jorge con ellas, siendo una carabina. Me está dando pena, creo que debería decirle que es lesbiana, pero no hay ganas de levantarse.

Al final Dana a conseguido hablar con Rodrigo. Han estado media hora juntos, hablando sin parar, también con esa sonrisa tan parecida a la mía llena de felicidad.

Hoy estoy tan contento por ellos que podría hasta escribir una canción con todo lo que siento ahora.

Ricky ha ido un momento a por algo de beber para los dos, no se ha quedado en la pista de baile. Si no fuera por mí, estaría bailando toda la noche, eso lo veo venir.

Creo que esta noche es la mejor de mi vida, no creo que pueda mejorar más. Estoy con todos mis amigos de verdad, con un chico que me cuida y que parece sentir algo. ¿Debería preguntarle sobre sus sentimientos? No debo, ya me dejó claro que solo quería que fuéramos amigos con derecho a roce, que no quiere ninguna pareja... ¿Algún día cambiará de opinión?

Si así fuera no sería conmigo, no creo que sea yo quien debiera estar ahí para él, sino alguien mejor que yo. Pero yo le hago sentir raro, le hago sentir cosas en su corazón... ¿Será que puede haber una oportunidad?

—Marth, por fin te encuentro —miro a un lado y veo a Jackson, acompañado de una chica.

—Pues no me he movido de aquí.

—Eso ya lo veo. Creía que te habías ido. Bueno, quiero hablar contigo. Más bien ella quiere hablar contigo.

Se acerca sonriente y se sienta delante de mí, con sus labios listos para hablar.

—He oído de que hay un chico que canta aquí y que es genial, que no hay nadie a quien no le guste tu voz. ¿Es eso cierto? —pregunta Julia Michaels en persona.

—Bueno... —me rasco la nuca—. La verdad es que no sé si eso es verdad.

—No digas eso —suelta Jackson—. Las notas que te han dejado son todas buenas, tú las viste.

—¿Pero alguien que no le haya gustado lo ha dicho? Yo creo que no.

—Modesto... Me gusta. Mira, quiero que mantengamos el contacto para poder hablar sobre música y demás. Y si surge la oportunidad de hacer un dueto... Estaré encantada.

—En... ¿En serio? —esto ya es más que extraño.

Una cantante de tan alto nivel está dispuesta a hacer un posible dueto conmigo... Esto es un sueño, es irreal... ¡Que alguien me pellizque!

—Voy en serio, Marth. Toma, mi número —pasa un papel doblado con su número apuntado—. No lo mires aquí, mejor en casa. Siempre hay algún listo que pasa por el lado y le hace una foto al número.

—Está bien —me guardo el número en el bolsillo.

—Me tengo que ir, pero ya sabes. Dame un toque para tener tu número, ¿vale, guapo? —asiento con la cabeza—. ¡Nos vemos! —se despide yendo a la salida.

Debe estar cansada de tanto baile, ya se debe de ir a casa a descansar. Lo mismo debería hacer yo, no es hora de estar en la calle, al menos para mí.

—Ya estoy aquí —murmura Ricky con dos vasos en las manos—. Un refresco para ti y un poquito de alcohol para mí.

—¿Alcohol?

—Nunca he tomado, quiero probar. Dicen que este es el más suave que hay, así que mejor —le da un trago corto y se pone a saborearlo.

—¿Está buena?

Popular NO Busca Pareja (Gay)Where stories live. Discover now