Popular NO Busca Pareja (Gay)

Capítulo Extra: Entre Tu Cama Y Tus Labios

CONTENIDO PARA ADULTOS O PERSONAS QUE LES GUSTA EL AMOR ENTRE CHICOS.
YA ESPERABAIS ESTO.

La puerta de su casa acaba abriéndose ante nosotros, dejando paso para que vayamos a descansar de tantas emociones que tuvimos en tan solo unos minutos. Sigo acariciando mi anillo, creyendo que esto tan solo está en mi cabeza, una mera imagen recreada por mis fantasías.

Entramos y cerramos la puerta, la casa está totalmente vacía, sin ningún sonido alrededor. Me parece que Zulo no nos ha descubierto aún, pero bueno...

-¿Quieres algo de agua? -me pregunta-. Porque yo tengo sed.

Asiento y vamos a la cocina a tomar un vaso de agua para aclarar nuestras gargantas.

-Ricky -me mira mientras bebe-, ¿esto es real? -pregunto acariciando el anillo-. ¿Es parte de mi imaginación?

Deja el vaso de lado, acercándose con mirada seria.

-¿Crees que esto es parte de tu imaginación? -roza nuestros labios, se siente tan real...

Me agarra de la mano y la coloca en su cabello, queriendo decir que le toque el pelo como hice el primer día cuando me dejó explorar su cuerpo.

Acaricio con suavidad, el pelo entre mis dedos me hacen creer que esto es real, que mi mente no me engaña con su imagen.

-Si no fuera real, no estarías en esta casa, al lado de tus padres -susurra, ahora me doy cuenta de que la luz no está encendida, la luna es nuestra bombilla-. Si aún estás dudoso, te haré entrar en razón de una manera -con mi mano todavía agarrada, me lleva escaleras arriba y acabamos en su habitación. Cierra la puerta y me hace sentarme en su cama mientras él aún está de pie-. Aquí estamos -se quita la camisa, mostrando sus pectorales definidos-, como en el primer día -se sienta encima de mí-. Vuelve a explorar mi cuerpo, pero esta vez sin contenerte -agarra mis manos y los lleva a su abdomen-. Sin miedo.

La yema de mis dedos surcan el mar de piel sin vela, propulsados por el sentimiento de los ojos del sujeto que me ha pedido explorar sobre él. Mis ojos, que están fijos en los suyos, acaban bajando y centrándose en un nuevo objetivo.

Me acerco y, con la lengua, acaricio el pezón izquierdo, haciendo que suelte un gemido y que me jale del pelo.

-Has encontrado un punto débil -lo muerdo con suavidad, apretando poquito a poco para que note la presión-. Y yo que pensaba que eras un santo... Pero no, en el fondo eres un monstruo en este terreno -le agarro de la cintura y le doy la vuelta, sus piernas están en mi espalda, apoyadas, notando el calor que desprendo en estos instantes-. ¿Qué te pasa? Esa mirada es distinta, nunca la había visto en ti.

-Hay cosas que no han salido de mí, Ricky -me acerco a sus labios-. Y una de ellas es el monstruo que se apodera de mí en la cama. Siquiera yo lo conozco, y no sé lo que podría ocurrir, pero estoy seguro de una cosa -lo miro bien a los ojos-. Nos lo vamos a pasar bien.

Aprieto mi entrepierna, aún oculta entre el pantalón, con su trasero.

-Así que vamos con esas. En ese caso -toca la zona baja y sensible y baja el pantalón poco a poco-, haré que disfrutes.