Popular NO Busca Pareja (Gay)

Capítulo 13: No Confíes En Él

Es hora de ir a hablar con ese sujeto llamado Farren, tan solo espero que no me mate con esos ojos carmesí de los que habló Kyle. Bueno, hora de ir al recreo. Recojo todo lo de la mesa y me pongo la mochila en la espalda, ya preparado para salir y ir a donde está Farren. Si es tan misterioso como dicen, puede que no lo encuentre o sí, depende de si se quiere esconder o no.

Cuando estoy a punto de salir por la puerta, Kyle me llama por la espalda, con Josh a su lado. Ya se han hecho buenos amigos por lo que noto a simple vista.

-¿Vas a verlo al final? -pregunta Kyle, muy interesado en el tema.

-Sí, voy a ello. ¿Por qué?

-No sé, me interesa mucho ese tío, el misterio que emana de su cuerpo atrae bastante.

-¿Pero tú no tienes novio? -pregunta Josh sorprendido por lo que dice su amigo.

-Lo tengo, pero ese tío me hace querer conocerlo, solo como amigos, claro.

-Eres extraño, Kyle -digo-. Me voy antes de que salga algo más de tu boca.

Me salgo de la clase antes de que abra la boca y me salgo al patio. Mucha gente corriendo de un lado para el otro porque alguien les quiere golpear por una tontería que han dicho, otros con bocadillos, hablando, etc...

Está claro que en esta parte del instituto no lo voy a encontrar, será mejor que vaya a otro lado. Si me pongo a caminar, estoy seguro de que veré a Farren, seguro estoy de eso. Y si me encuentro con Ricky... Le sonreiré y me iré, porque sé que nadie sabe lo nuestro, ya sabéis, lo de amigos con derecho a roce. Me acuerdo del porqué no quiere pareja y creo que tiene razón, estar todo el tiempo diciendo que quiero verle... Es molesto, para él y, si me lo dijeran a mí, para mí también.

Oh, genial, justo hablo de él, aparece a mi lado. Está con un amigo, pero entonces me ve y sonríe. Se separa de su amigo con unas palabras en el aire y se acerca a mí corriendo.

-Hey, hola, Marth -no jadea ni nada, solo su sonrisa y sus ojos brillosos.

-Hola, Ricky. ¿Qué tal?

-Bien. Me preguntaba si querrías venir esta tarde a mi casa para... Ya sabes, hablar y lo que queramos. Si no quieres no pasa nada, hablaremos por la ventana.

¿Tenía algo que hacer esta tarde? Creo que no, así que voy a estar con él por ahora, así le digo sobre lo de la escala de belleza y popularidad, no le he dicho que he entrado.

-Claro, voy.

-Genial. Te recojo al salir del instituto, ¿vale? Cocinaré para ti.

-¿De nuevo unas patatas fritas con filete? -pregunto mientras me río.

-Puede...

-Me vale. Tengo que buscar a una persona y creo que tú deberías irte con tu amigo. Está sospechando algo.

Ahí está, mirándonos, seguro que por la cabeza se le pasan mil cosas sobre nosotros, debe de pensar ya en lo obvio.

-Cierto, nadie sabe que eres gay y no quieres que lo sepa nadie.

-Sí, exacto. Vete, por favor.

-Vale, nos vemos luego.

-Hasta luego.

Y veo cómo se aleja. Se junta con su amigo y se van por donde han venido. Es extraño, pero cada vez que hablo con él siento un escalofrío y una descarga por todo el cuerpo. No diré que no me gusta, debe de ser además que estoy raro. Tengo que pegarme en algún momento de estos, tengo que hacerlo por total necesidad.