—Sabes que está castigado —sus voces se escuchan detrás de la puerta—. No puedes hacer eso.
—Puedo y quiero, para eso es mi hijo también —eso es lo que piensas ahora, ¿pero luego qué?—. Venga, sube.
Las pisadas se escuchan cada vez más fuertes por cada escalón que suben, mi intriga de qué quiere mi padre se disparan y me mantienen alerta. Miro el móvil, muchos mensajes, pero ninguno respondido.
Un par de golpes me dan a entender que mi padre ya está ahí detrás, la pregunta es cómo es que está aquí siendo entre semana, ya que él debería estar trabajando.
La puerta se abre y veo otra vez su rostro sin mucho entusiasmo. Lleva una sonrisa en la cara, este trama algo.
—Hola, hijo —me saluda, entrando a la habitación—. Te he traído compañía que de seguro te interesa —seguro ya sé quién es—. Pasa —y por la puerta aparece mi querida amiga Jennifer, quien viene muy guapa.
—Hola, Marth —me saluda con una sonrisa que solo yo noto que es fingida—. ¡Qué ganas de verte tenía!
—¡Y yo! —es la verdad.
—Bueno, os dejo solos. Pronto os traigo la merienda, si os apetece.
—Claro —responde por mí la chica.
—Bien, hasta luego —se despide con el pensamiento de lo que vamos a hacer en su mente, pero es todo lo contrario lo que va a ocurrir.
Cuando la puerta se cierra la sonrisa de mi amiga desaparece y se sienta en la cama con pesadez. Se peina el pelo con las manos y me mira.
—Por fin puedo dejar de sonreír —suspira aliviada—. Tu padre es muy pesado. No paraba de darle la idea a mi madre de que teníamos que vernos.
—Ya sabes cómo es mi padre, no se rinde.
—A saber lo que hará cuando le digas que eres gay.
—No pienso decirlo, me echaría a la calle y no tendría a dónde ir.
—Te entiendo —se tumba en la cama—. ¡Qué cansada estoy!
—¿Es que has hecho algo acaso?
—Nada de nada, pero ya sabes, soportar homofóbicos tiene un coste de energía de la que carezco. Por cierto, ¿cómo es que estás castigado?
—Eh... Le pegué a un chico popular.
—¡No me jodas! —se levanta como si el demonio la hubiera poseído y me agarra del cuello de la camisa—. ¡Cuenta con todo tipo de detalles!
—Esto... Un grupo, el de los populares, se acercó para hablar conmigo por haber entrado en la escala de belleza y popularidad. La líder, una diva hasta la médula, intentó que fuera con ella. Pero en cuanto me negué les ordenó a sus servidores que me agarraran para irnos, pero me rehusé y le pegué a uno.
—Quiero enganchar a esa rubia, porque es rubia, ¿no?
—De bote.
—Mejor me lo pones. Esa chica va a conocer lo que es bueno —sus nudillos crujen, un escalofrío recorre todo mi cuerpo al verla con esa aura tan siniestra alrededor suyo.
—Ni lo pienses, si le arrancas un solo pelo te lleva a juzgados por "arruinar su precioso pelo".
—Interesante —algo le llama más la atención.
—¿Verdad? —no la estoy mirando, sin querer mi mirada se fue.
—Ya ves, tienes muchos mensajes.

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Popular NO Busca Pareja (Gay)
Teen Fiction¿Es posible que un popular no quiera pareja? ¿De verdad no quiere a alguien con quien compartir el dolor y la alegría? ¿Cambiará de opinión durante su vida? Pero una pregunta retumba en sus mentes. ¿Es hetero, bisexual o gay? Todo esto lo descubrirá...