Popular NO Busca Pareja (Gay)

Capítulo 40: Días Después

Aquella noche fue algo increíble al estar en casa de Ricky, el chico con el que pronto tendré una cita que es todo un misterio de como será.

Nos quedamos en el sofá viendo una película mientras me apoyaba en él para sentir su calor y creer que estoy totalmente protegido con su abrazo.

Una noche en su cama fue lo que terminó el día e hizo empezar un nuevo amanecer en su pecho.

Han pasado días desde que pasó aquello y he seguido con mis clases de cocina privadas con el nuevo y cariñoso Farren. Desde que le di aquél abrazo, se comporta totalmente como un chico nuevo, como si le hubieran dado lo que más deseaba en su vida.

En las clases me ha ido abrazando, algunas veces para mirar desde mi punto de vista y otras porque simplemente le antojaba un abrazo, algo de cariño.

Cuando le pregunté el porqué su comportamiento tierno y que aveces me da miedo, me contestó simplemente con un argumento sencillo.

—No sé, desde que me abrazaste la noche en la que tu novio y tu ex discutieron, me siento con ganas de más. Además, se siente genial.

Así, sin más. Me dio miedo al principio, pero luego me acostumbré y nuestra convivencia fue a mejor.

No puedo decir lo mismo con Hansel. Ha cambiado radicalmente desde que fue avisado. Esa faceta de él me pareció extraña, solo le vi fumar una vez hace años y lo dejó por mí, para ser un ejemplo para mis ojos.

Mientras Farren y yo estábamos en la cocina, entró y no dijo nada mientras se fumaba un cigarro y agarraba una lata de cerveza de la nevera.

No hay contacto, no hay nada entre nosotros, siquiera con su amigo, lo cual me parece extraño.

¿Será que por no tenerme a mí su comportamiento es borde, mezquino y cortante?

No debo darle muchas vueltas, ya que la cita está más cerca que nunca.

Ricky llegó a cobrar todo lo que necesitaba y dejó el trabajo porque al que sustituía volvió. Lo está preparando todo con sumo cuidado, reservando alguna que otra cosa para que no haya contratiempos.

Mis nervios aumentan cada segundo que se consume y me acerca de aquella cena junto con él.

¿Nervioso? Qué mal estoy. No me ponía así desde que toqué por primera vez en el Holly's Dream. Eso sí que fue nervios.

Sentado en el porche de casa, con una pequeña silla para que me dé el sol de otoño e invierno. Con guitarra en mano, pienso en si cantarle o no lo que he escrito a Ricky, no sé cómo se lo tomaría.

¿De verdad quiere llegar tan lejos conmigo? Pierdo la esperanza de que esa noche le haga cambiar de idea, aunque los anteriores días demostrará cariño, afecto y ganas de estar conmigo.

¡Marth, no te desesperes! Si has llegado hasta aquí y él ha seguido a tu lado, nada malo ocurrirá.

A punto de tocar una simple nota, el rostro de Farren se asoma por la puerta con un móvil que parece ser el mío.

¿No llevaba el mío conmigo?

—Marth, te llaman —me entrega mi móvil y le doy el suyo, que al parecer me he equivocado.

—Lo siento —con una seña de que no le importa y una caricia en el cabello, se va y me deja con el que llama—. ¿Diga?

—Aquí los labios que te buscan.

—Ya te vale, Ricky. Llevas diciendo eso desde que dormimos juntos. ¿Se puede saber por qué?

Y aún sigo sin saber el nombre de contacto con el que me tiene registrado.