Capítulo Treinta y cuatro

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Las luces cegadoras fueron los primeros objetos que había encontrado cuando mis parpados finalmente decidieron abrirse.

Mierda. ¿En que estaba pensando? ¡Podría haber terminado en el hospital otra vez! Podría haber hecho más para ayudar...

El interior de mi cabeza comenzó a palpitar dolorosamente y cuando moví mi mano derecha hacia arriba para curar el dolor, un dolor agudo de extendió a través de mis dedos. En lugar de abrir la boca para maldecir sin cuidado, mi visión alcanzó a ver otra cosa. A través del entorno luminoso, un solo rostro era visto y parecía destacar de una manera tan celestial.

Quienquiera que sea, su pelo brillaba a la perfección y se asemejaba a la seda pura. Sus ojos irradiaban preocupación, pero ahora se había disparado un tinte de felicidad. Luego de unos momentos de analizarla, mi mente comenzó a reconocer a la chica.

"¿Camila? ¿Qué haces aquí?", mi garganta logró decir incómodamente.

"¿Crees que iba a abandonarte, Lauren?", la mujer con aspecto cansado, inclinó su cuerpo un poco para alcanzar algo que había detrás de ella. "Nunca más".

Su respuesta me sorprendió y quería darle las gracias, pero nada quería salir de mis labios. Camila volvió a girarse para volver a verme. Esta vez había un pañuelo húmedo colocado en la palma de su mano; la toalla marcada con descoloridas manchas de sangre.

"No te muevas, ¿Está bien?", ordenó en voz baja y con cautela, se inclinó hacia adelante para comenzar a frotar el costado de mi cabeza. Una vez que aplicó una leve presión, me hice hacía atrás y grité ante la insoportable quemadura que había tomado lugar.

"Mierda", murmuré y me di cuenta del ceño fruncido en el rostro de Camila.

Hubo un periodo de silencio hasta que ella habló nuevamente, "¿Podemos intentarlo de nuevo?".

"Sí. Sí, está bien", asentí titubeante y me preparé con una profunda respiración a medida que Camila se acercaba más. Esta vez mientras ella acariciaba la zona dañada con dulzura, sentí sus labios presionarse suavemente contra mi mejilla; mis ojos se abrieron rápidamente ante su suave toque.

Con su boca junto a mi oído, respiró, "Estoy feliz de que estés despierta".

"Cam—", mi garganta pareció obstruirse por completo una vez que la mujer más joven se apartó y me miró. Inhalé profundamente antes de comenzar a hablar de nuevo. "Camila, n-no tienes que hacer esto".

"Quiero hacerlo", su pequeño cuerpo temblaba un poco ante sus siguientes palabras. "Tengo miedo, Lauren".

"¿Qué? ¿Por qué? ¿Tienes miedo de , Camz?".

Las comisuras de sus labios se elevaron en una brillante sonrisa ante su antiguo apodo, pero de pronto se desvaneció y fue reemplazada por una mirada triste en su rostro.

"Nunca podría estarlo contigo", ella suspiró y nuevamente se inclinó hacia adelante para secar la lesión que continuaba en el costado de mi cabeza. "Es él".

"No tienes que vivir con miedo p-por siempre, Camila. Por favor...", estiré mis manos hacia el mentón de la chica y lo levanté para que pudiéramos hacer contacto visual. "Estás d-destruyéndote estando con él. Él no te m-merece".

"No es la primera vez que lo dices", ella soltó una leve risa, y luego resopló. "Además, no podría divorciarme de él. ¿Sabes lo difícil que es encontrar a un abogado que no sea su amigo? ¿De dónde diablos podría encontrar el maldito dinero?".

"Yo siempre estaré aquí para ti, Camila. Mi compañía de seguros me d-dio algo de dinero extra y yo p-podría—".

"No hay manera de que tome tu limosna", ella dijo básicamente entre dientes. Justo después de que el tono escapó de su garganta, rápidamente se dio cuenta de ello y gruñó en voz baja para sí misma. Observé cuidadosamente como Camila se levantaba de su asiento que estaba, obviamente, enfrente de mí y tiró la toalla llena de líquido al suelo. "Lo siento", se frotó los ojos con fastidio. "Ha sido un largo día y todo este incidente no ha hecho nada para mejorarlo".

If I Were A Boy (Camren) [TRADUCCIÓN]Where stories live. Discover now