La respiración entrecortada.
Bam, bam, bam.
Sus pasos resonando en el pasillo solitario. Vacío.
Como ella.
Bam, bam, bam.
Sus pasos a contrapunto con su respiración, sus latidos desbocados, y las lágrimas que repiquetean contra el suelo.
El chirrido de sus suelas al girar la esquina hace que alguien -en algún lugar-, levante la cabeza. Pero nadie la ve.
Nadie la ve nunca.
¡Bam!
El sonido de la puerta del baño cerrándose de un portazo. El cerrojo pasándose.
¿Pero a ella? A ella no se le oye.
Ni sollozos, ni gemidos. Ni un crujido al acurrucarse encima de la tapa del váter. Tal vez se deba a la práctica.
A ella no se le ve, ni se le escucha, ni se le habla.
Ella no existe.
Ella no es nada.
N a d a.