Capítulo 31

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(Pov Rose)

-Altan- dijo justo en el momento en el que Abe entraba en la habitación.

-Bueno- dijo Abe con su típica sonrisa ladeada que sin ninguna sorpresa era exactamente igual a la de Altan o debería decir que la de Altan era igual a la de Abe- parece que tienes buen gusto después de todo, aunque habría sido mejor si tu madre jamás te hubiera mandado a una academia.

-¿Cúal es verdadera razón por la que estás aquí, viejo?- pregunté cruzando los brazos sobre mi pecho, ignorando totalmente su comentario anterior, estaba enfadada por todos los secretos, mentiras y verdades a medias en los que se había basado mi vida, yo no quería eso para mis hijos.

Nunca me había gustado la forma en la que me había enterado quién era mi padre ni las razones por las que había sido mandada a una academia pero entendía que había sido para protegerme y con el paso del tiempo había aprendido a querer a mis padres sin importar que tan malos fueran.

Pero esto ya era otra cosa ellos me habían separado de mi propio hermano no me importaba si él era menor que yo o que yo no lo conocía de echo ni siquiera confiaba en él pero eso era culpa de ellos, ellos nos habían separado.

-¿Ellos te abandonaron?- pregunte viendo a Altan con voz totalmente plana, ignorando por completo la presencia de Abe no sé si pregunte eso pero necesitaba saber que yo no había sido a la única que habían abandonado o tal vez porque realmente me preocupaba por Altan pero de repente era muy importante saber que realmente no había sido a la única que habían abandonado y aún que Abe había dicho que me habían dejado en la academia por mi seguridad después de que sus enemigos intentaran secuestrarme cuando era muy pequeña no podía sacarme de la cabeza la idea de que había algo más que no me estaban diciendo; eso y que tenía la sensación de que Altan jamás había sido abandonado en una academia.

Tal vez Lissa tenía razón, tal vez mi familia siempre estaría rodeada de secretos que seguramente no me convenía conocer pero tenía que hacerlo si no quería repetir la historia de mis padres y proteger a mis hijos de los enemigos que mis padres tenían más los que yo y Dimitri habíamos hecho con el tiempo.

Pero Altan no tuvo tiempo de responder a mi pregunta porque alguien toco la puerta, no sabía quién querría venir a vernos a esta hora, no es que fuera exactamente temprano pero después de todo seguían siendo vacaciones de invierno y no muchas personas estarían no despiertas a menos de que estuvieran trabajando o en mi caso tuvieran una cita con el médico y no es que eso me entusiasmara demasiado. Nada que estuviera relacionado con médicos me entusiasmaba a excepción de mis hijos, esa era la única excepción posible en el universo.

-¿Yeva?- pregunte extrañada de que estuviera en la casa, ella no había estado cuando dimos la noticia sobre la casa por lo tanto no sabía cómo llegar pero aun así contra toda lógica ahí estaba, supongo que debía de empezar a acostumbrarme a que cosas como estas pasaran todo el tiempo. - ¿Co- como es que llegaste...?- empecé a preguntar pero me detuve al ver que Yeva ni siquiera había volteado a verme - O no importa, no es como si fuera a responder enserio de todas formas-

-Bueno yo me voy- dijo Abe al segundo que vio a Yeva entrar a la casa, parecía que Abe y no estaban en buenos términos no podía decir que estaba sorprendida ya que Abe estaba en malos términos con casi todas las personas, ¡pero por amor a San Vladimir el casi salía corriendo! Y yo tenía que averiguar qué es lo que había sucedido Abe jamás corría de alguna persona y por eso me refiero a alguien vivo que no fuera Strigoi. Trágicamente no era algo que pudiera preguntare a Altan en ese momento, quien por cierto parecía bastante entretenido, ya que Yeva decidió arrastrarme escalera arriba, en serio seguía sorprendiendo me la fuerza que esa mujer tenía, no era lógicamente posible, ella debía tener como unos cien años como mínimo.

-Deja de resistirte niña- Dijo entre dientes parecía realmente molesta por algo y no sabía que era y por alguna extraña razón esperaba que no fuera conmigo – Hay una persona que quiere verte

- Si alguien quiere verme entonces por qué me llevas al piso de arriba- dije sin encontrarle sentido a sus acciones

Cuando llegamos al final de la escalera ella parecía ligeramente cansada y estaba algo cansada pero no pude ayudarla por qué al mínimo movimiento siguió caminando, pasando por los pasillos de la casa hasta llegar a la habitación más alejada de la escalera, entramos y ella cerró la puerta detrás de nosotros, como si temiera que alguien fuera a entrar... o tal vez a que alguien fuera a salir como por ejemplo yo.

-Está vacío- dije remarcando lo obvio, en la casa no había nadie más aparte de Altan, Dimitri, Yeva y yo

- Claro que no niña- parecía más exasperada cada vez que yo decía algo- esta persona es especial y tiene que hablar contigo en este momento

- ¿Cómo voy a hablar con alguien que no está aquí?- justo cuando hice la pregunta entendí por qué me había traído hasta acá, la parte más alejada de la casa era casi obvio, ella iba a usar magia y no quería que nadie la descubriera, se suponía que ninguno de los Belicov sabía que ella de verdad era bruja, ellos solo sabían que era una vidente o lo que sea que Yeva les dijera, la única que sabía la verdad era yo.

- ¿Quién es la persona que quiere verme?- pregunte interesada en esta persona desconocida, no conocía a ninguna persona que no pudiera contactarme por teléfono o en algún sueño espiritual en el caso más extremo y eso me recordaba que Yeva podía saber de alguna forma de bloquear los sueños o alguna forma de controlar quien entra en mi mente.

-¿Yeva?- pregunte dudando, esta mujer en ratos daba miedo como por ejemplo cuando se ponía con sus hechizos raros como en este momento

-Ya está- dijo después de decir un montón de cosas en lo que creo que era latín – siéntate ahí con las piernas cruzadas – dijo señalando el centro de la habitación, Yeva camino a mi lado hasta donde había indicado y yo me senté esperando que ella hiciera lo mismo pero no lo hizo en su lugar tomo mis manos y cerró los ojos murmurando cosas que no se parecían a lo que había dicho antes, cerre los ojos esperando que algo sucediera pero yo no sentía que algo estuviera pasando así que abrí los ojos.

Parecía que me había equivocado y que los hechizos de Yeva si habían funcionado porque aunque había abierto los ojos y seguía en la misma habitación Yeva ya no estaba pero aun así sentía que seguía sosteniendo mis manos, claro que eso no significaba que estaba totalmente sola en la habitación.

En lugar de Yeva había aparecido una niña pequeña que no debía de pasar de los 5 años, parecía bastante alegre mientras sostenía una taza de lo que parecía chocolate caliente, estaba en una de las esquinas de la habitación con la espalda recargada en la pared

-Hola mamá- dijo con una alegre sonrisa desde la otra esquina de la habitación, antes de dar un trago a la taza con chocolate



Vampire Academy: esto aun no ha acabadoWhere stories live. Discover now