Drama en la Isla

«CAPÍTULO SEIS»

Capítulo Seis: El Luau.

Los concursantes después de ese terrible desafío habían decidido descansar en la orilla de la playa.

La recompensa sería un lindo Luau exclusivamente al equipo ganador y los del equipo Anochecer lo estaban esperando con ansias.

—Aun no puedo creer como es que esa niña logró engañarte—dijo Rouse mientras dibujaba un círculo en la arena con una rama—. Dijiste que no te gustaba.

El rubio se sonrojo.

—¡Y no me gusta! Solo es que... me dio lástima verla tirada en el piso como saco de papas...

—Si claro—dijeron todos al unísono.

—Bueno, pues tu "lástima" nos costó la victoria. Creo que ya sé quién será el eliminado de mañana.

—Rouse, no seas tan dura con él. Yo también haría lo que sea por el chico que me gusta.

—¡Que no me gusta Channel, Isabella!

—Bueno... igual no perdimos mucho, solo una fiesta.

—¿Bromeas, Namie? ¡Yo tenía ganas de parrandear! —dijo Darrell.

La pelinegra viró los ojos.

—Bueno... aunque sea descansaremos en una playa bonita—trato de animar Alex.

—Si... pero sin una fiesta—dijo Lester.

Todos los concursantes suspiraron, menos Namie obviamente.

El equipo Anochecer estaba más que feliz de tener un Luau como recompensa. Algunos se encontraban jugando en el agua mientras otras se encontraban tomando sol.

—Cameron me dijo que los vestuarios para el Luau estaban en esa choza—dijo Abigail señalándola—. Hay ropa muy bonita.

Channel se sentó y miro aquella casucha.

—¿Hay algo rosado con blanco?

—¡Yo vi algo que te va a encantar! —Bryanna agarro el brazo de Channel y juntas se fueron a la choza.

Paige rio mientras se echaba bronceador.

—¿No crees que lo que hizo tu hermana fue algo sucio? —le pregunto Charlie.

Paige la miro con cara de pocos amigos.

—Lo que haga mi hermana y lo que haga yo siempre va a estar bien—dijo con arrogancia—. Además es una competencia, un reality show. Aquí todo se vale—acto seguido se puso los lentes de sol y se echó en la arena.

Charlie viró los ojos y miró hacia su izquierda para ver al otro equipo.

Sonrió y se encamino hacia ellos.

—¡Hola solsitos! ¿Por qué las caras largas?

Rouse la miro seriamente.

—¿Por qué crees? ¿Te has venido a burlar?

Charlie negó repetitivamente.

—¡Por supuesto que no! Es que...

—Es que te damos lástima y vienes a presumirnos tu buena suerte ¿No es así? —volvió a atacar la castaña con mechones negros.

—Rouse no es así yo solo quería...

—¿Por qué mejor no te vas? A nadie le gusta tu presencia aquí. Eres patética.

Los ojos de Charlie se habían humedecido. No podía creer lo mala que podía ser Rouse, no le había hecho nada malo y ya se estaba desquitando con ella.