«CAPÍTULO VEINTIUNO»

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Capítulo Veintiuno: Miedos (Parte Dos).

Alex entró a la cabina, respiró profundo y lo primero que vio fueron a Charlie y a Namie, ambas chicas estaban mirándola con burla y malicia. Se susurraban cosas para luego reírse con fuerza mientras la señalaban.

Esa era una de las cosas que más miedo le daba a Alex, ser la burla de sus amigas.

—¡Basta no se rían de mí! —chilló sintiendo su corazón acelerarse.

Charlie la miró con repudio y le dio la espalda.

—¿A-A dónde van? —las chicas no la escucharon—. ¿Chicas? —Nada—. ¡Chicas!

Y la escena cambió.

Esta vez se encontraba en una cita con Jacob. En un restaurante fino.

La chica vio la comida que tenía en frente y probó un bocado, al alzar la mirada para ver al chico notó que este la veía con desagrado.

—Que ordinaria—Alex se alarmó al escuchar esto—. Qué asco—se paró de la mesa—. No puedo estar con una chica como tú, tan corriente, maleducada y grosera.

La chica limpió sus labios con la manga de su playera, pero a los segundos se arrepintió de haberlo hecho.

—Jacob, no es...

—¡No me toques, Alex! Cuando aprendas a ser una chica agradable, háblame.

Negó y sintió sus ojos húmedos, la escena cambió y se encontró en su casa.

Con hombres sacando todas sus casas.

¡Estaban desalojando la casa!

Su madre se encontraba llorando.

—¡Mamá!

—Lo perdimos todo, Alex... lo perdimos todo.

No pudo evitar para estallar en llanto.

—¡DESPIERTA! —Alex abrió los ojos y se encontró con Jacob al frente de ella.

El chico le quitó los audífonos.

—¿Estás bien?

—¡Jacob sal de ahí! —gritaba Cam con el ceño fruncido.

Alex limpió sus lágrimas.

—No soy ordinaria—dijo con un puchero—. Solo no sé ir a restaurantes elegantes.

Jacob rio.

—Yo tampoco—se encogió de hombros—. Soy músico, he tocado en metros ¿Qué esperabas?

La chica soltó un suspiró aliviada y lo abrazó.

—Bien, Jacobo...

—Jacob—interrumpió el rubio.

—Jacobo, ya que estás ahí dentro no te molestará seguir.

El chico se encogió de hombros y se puso los audífonos.

Lo primero que vio fue...

Horrible.

Espantoso.

Terrible.

—¡Beatrice! —Chilló corriendo hasta su guitarra que estaba rota—. ¡No, no, no, no! ¡Mi amor! ¡No mueras! —La abrazó con fuerza—. ¿¡Qué clase de tortura es está!? —gritó mirando al cielo.

En la siguiente escena se veía un ataúd. El chico tragó saliva y se asomó a este para cerrar los ojos con fuerza y apretar los puños.

—¡Jeniffer! —sintió como inmediatamente sus ojos se le llenaban de lágrimas.

Drama en la IslaWhere stories live. Discover now