Drama en la Isla

«CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO»

Capítulo Treinta y Cuatro: Eliminación y Hora de Cocina.

Charlie abrió mucho los ojos al ver a su querido Thomas con las maletas en mano y los ojos llorosos. En serio no podía creer que tenía los ojos llorosos. Hasta ahora ningún chico había llorado por su partida. Era extraño ver a un chico llorar pero de igual manera no podía evitar sentirse mal. Lo habían eliminado y él ni si quiera...

—Perdóname, Charlie. En serio perdóname por todo lo que te he hecho.

—¿De qué estás...?

—Vi lo que sucedió con Trent—la chica abrió los ojos de par en par—. No te culpo, te entiendo. Yo he sido un inútil al esperar todo a última hora. Se supone que soy aplicado y debería tener todo organizado—hablo alterándose—. ¡Pero mírame ahora! Estoy aquí, siendo eliminado de nuevo porque soy un inútil.

—No eres un inútil, Thomas.

—Nunca he podido decirte lo que siento por ti, no de la manera que me hubiera gustado y es que me pones demasiado nervioso que ni si quiera puedo creer que alguien tan hermosa como tú se haya fijado en un nerd como yo—susurró el chico—. Me gustas más de lo que crees y sé que seguramente me odias por decirlo tan tarde pero mejor tarde que nunca ¿No? H-He querido pedirte que salgamos desde que empezó la competencia, así que... por favor te suplico que aceptes, me encantaría que lo nuestro sea mucho más que una amistad.

—Thomas...

Sus pies empezaron a moverse por sí mismo, Jacob se había ido por su culpa, Trent había engañado a Charlie y Cam había preferido darle un día más para declararse. No era tiempo de organizar nada, no era tiempo de hacer estúpidas teorías, simplemente era tiempo de dejarse llevar por sus propios sentimientos y hacer lo que su corazón le había dicho desde el primer momento.

Tomó sus mejillas acariciando estas de manera sutil y juntó sus labios de una manera algo brusca para la chica, y es que Thomas... no sabía besar. Pero eso que importaba, el menor al fin había vencido sus miedo y le había hecho entender que el sentimiento que tenían ambos, era mutuo.

[...]

Con maleta en mano el chico caminaba lentamente hacia el muelle de la vergüenza viendo aquella lancha que lo devolvería a su destino.

—En serio que apestas—rio un poco el conductor—. Pero debo admitir, que extrañaré verte hacer el ridículo.

Thomas sonrió de medio lado y subió con dificultad su maleta al bote para ver a Charlie por una última vez.

—Te escribiré.

—Te responderé.

Y la lancha se fue.

[...]

Al día siguiente todos se encontraban adoloridos por el reto que habían tenido al día anterior. Con las justas pudieron levantarse para tomar desayuno, pero Cam los había llamado a todos para reunirse en la playa ya que tenía un anuncio muy importante que darles.

—Bueno, como ya saben la competencia está a pocos días de terminar. Es por eso que vamos a hacer algunos cambios con los equipos.

—¿De nuevo? —preguntó Megan frunciendo el ceño.

—Sí. Nuevamente se dividirán en Amaneceres y Anocheceres—asintió—. Por favor todos colóquense en una línea. Los competidores que son del equipo Amanecer son: Bill, Channel, Logan, Alex y Trent y los del equipo Anochecer son: Megan, Will, Paige, Namie y Charlie.

—Ugh, preferiría estar en un equipo con Megan que con esa—gruñó Channel señalando a Alex quien se escondió detrás de Namie.

—Bueno, lamento decirte que yo pongo las reglas y así se quedan—la castaña frunció la nariz—. El reto no es tan pesado como el de ayer—todos suspiraron—. Se llama: Hora de cocina. Cada semana llega un camión lleno de las provisiones necesarias para alimentarlos, muchachos—habló señalando el mismo que se encontraba a un lado de ellos—. Tendrán que elegir un chef en jefe y seguir todas sus instrucciones para preparar tres platillos que yo degustaré: Entrada, plato de fondo y postre a los cuales calificaré del uno al diez cada uno. El que tenga mayor puntaje gana, el perdedor enviará un compañero al muelle de a vergüenza.