«CAPÍTULO VEINTE»

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Capítulo Veinte: Miedos (Parte Uno).

Charlie chilló con fuerza, nuevamente se había infiltrado en el cuarto de las chicas de Amanecer.

—¿¡Fue tu primer beso!? —Alex asintió y Charlie volvió a chillar—. ¿¡Qué tal besa!?

—¡Qué asco Charlie! No preguntes eso—dijo Namie cruzándose de brazos.

Alex y Charlie se miraron complicemente.

—¿Y tú Namie? —Namie las miró por debajo de su cerquillo—. ¿Cuándo vas a dar el primer paso?

—¿Primer paso? —la japonesa miró confundida a la pequeña.

—Oh vamos~ no te hagas—Alex la codeó—. Sabes a lo que nos referimos.

—No, en realidad no.

Las castañas viraron los ojos.

—¡Logan!

Namie las miró con seriedad.

—¿Ya van a empezar con eso? ¡Él no me gus...!—la puerta de las chicas sonó interrumpiendo a la pelinegra. Namie se levantó de su sitio y caminó hacia esta sin quitar la mirada de sus amigas que se cuchicheaban cosas—. ¡Que no me gusta!

Abrió la puerta y como por arte de magia había aparecido el mencionado.

—No puede ser...—masculló.

—¡Namie! —el chico sonrió dulcemente—. Justo la chica que quería ver. Eh... quería decirte... bueno darte... am...

—Al grano, Logan.

El chico sacó una cajita de chocolates de su espalda.

—Eres alérgica a las flores... así que opte por mejor comprarte chocolates ¡No me digas que eres alérgica!

Namie frunció los labios.

—No lo soy...

—¿Los quieres? —dijo el pelinegro con una sonrisa. La chica suspiró y asintió extendiendo su mano—. Te los doy por un beso.

—Besa a tu madre—y le cerró la puerta en la cara dejando a Logan en posición de beso.

Las amigas de Namie la miraron impactadas ¿¡En serio había hecho eso!?

—¿¡En serio hiciste eso!? —chillaron enojadas.

—¡Logan es un amor!

—¡Te vas a arrepentir, china!

—¡No me digas china, Charlie!

—¡Te diré china hasta que aceptes los chocolates!

Namie bufó y abrió la puerta para arrancharle los chocolates al chico y luego volver a cerrarla.

—¡Pero así no! —volvieron a chillar.

Namie las miró confundida.

—¿¡Entonces cómo!?

—¡Con amor!

—¡Con dulzura! ¡Con cariño! —Charlie golpeó su frente con la palma de su mano—. Eres un caso perdido.

—Aja si—dijo abriendo la caja para meterse un chocolate en la boca.

Eran rellenos de avellanas. La chica sonrió un poco.

Le encantaban las avellanas.

[...]

Todos se encontraban ahora en el comedor, había un rico desayuno de panqueques con miel, el favorito de mucho de los competidores.

Drama en la IslaWhere stories live. Discover now