Capítulo 10. El equipo de Quiddich

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Me desperté en la enfermería. Con un brazo rodeando mi cintura y una capa invisible tapándome del frío. Entonces recordé lo que pasó la anoche anterior. Ese brazo era de James... Incómodo. Me giré y me puse frente a él.

— James.— le llamé.— Jaaaameeees, despierta.— sus ojos verdes me miraron sin entender nada, pero luego ya reaccionó. Quitó su brazo de mi cintura y se puso colorado, así que se tapó con su capa.

— La misión ha sido cumplida. Pregúntale a la enfermera si podemos irnos.

Le hice caso, porque no quería irme. Eso me llevó a preguntarme si nos había visto... de aquella manera. Por Dios que no sea así.

— Vale, espérame aquí. No te muevas, como te muevas te juro que te hechizaré.— le dije y fui a la casita de la enfermera, o donde fuera que ella dormía.

— Señora Conners.—dije llamándola.— ¿Puedo irme ya?— ella salió, un poco despeinada y con cara de dormida.

— Ah, Sanders, claro.— me dijo recordándome.— Sí, vete, ya firmaré los papeles luego. Que tengas un buen día.-
— me dijo.

— Igualmente, señora Conners.

— Y, Sam.— me llamó cuando ya me estaba volviendo.— No te preocupes mucho por Manon, él te quiere.— y cerró su puerta.

Me tapé la cara avergonzada. Nos había visto, pero no había comentado nada exactamente. Yo no me refería a James cuando hablé con ella... Lo decía en general. Que vergüenza, ahora está mujer piensa que me gusta James. La apuntaré en mi lista.

Salí por la puerta de la enfermería decidida a ir hoy a clase.

— Hey, Sanders. Que no me has avisado.-
— me dijo James.

— James, no te lo tomes a mal. Lo de anoche estuvo bien pero...

— Siempre hay peros.— dijo él con cara triste.

— Pero no podemos comentarle esto a nadie. ¿Lo sabes no?— él asintió sin mirarme y siguió caminando a mi lado ya sin la capa, que no sé donde la metería.

Íbamos por el tercer piso cuando...

— Sam, gracias a Dios. Estás bien.— me dijo Isaac abrazándome.— La tonta de la enfermera no me dejó entrar a verte. ¿Qué te pasó? Te vi caer en la ceremonia de elección.

— Tuve un ataque de ansiedad porque mi hermano y tu fuerais elegidos. Os quiero mucho y tu sabes, me agobié y eso.— y él volvió a abrazarme. Alguien carraspeó.

— Solo Sam, tenemos clase de Defensa a primera hora. Mi padre nos matará sí llegamos tarde.— dijo James.

— Compadre... ¿Has ido a recogerla?

— Sí, sus hermanos no saben cuidar de ella, compre.— dijo James intentando imitar la palabra española que acababa de decir Isaac.

— Es compadre, James.— dijo Isaac.

— Estoy seguro de que el que lo dices mal eres tú.— dijo él riendo.

— Bueno, os dejo iros. Te veo luego, Sam. Adiós Compadre.— le dijo a James.

— Adiós Comdre.— dijo James intentó imitar de nuevo, tuve que reprimir la risa.— ¿Te estás riendo de mí?— me preguntó mientras continuábamos nuestro ascenso a la torre.

— Para nada.— dije sarcástica.

— Con que riéndote de mi, ¿eh, Sanders? Ya veras cuando te la devuelva.— dijo malicioso.

Llegué a la torre y subí a por el uniforme y la túnica y desperté a Ali y a Mara.

—Ay, menos mal que estas bien, Sam.— me dijo Ali abrazándome.

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