Cápitulo 8: Ahora nos encontramos en un mundo diferente.

53 7 1
                                    

En mi opinión, los granjeros, los ganaderos y los agricultores están, bueno, estaban, muy infravalorados. Tan solo he trabajado un día como lo han hecho ellos toda la vida y puedo decir que es agotador y muy estresante. Además, acabamos llenos de barro, sudados y con los pantalones rotos. Sinceramente, no se como mis abuelos pueden hacerlo todos los días con lo mayores que son. Pero bueno, algo positivo tendría que tener, ¡ha sido muy divertido trabajar con animales! Alicia tenía razón. Los cerdos son muy graciosos, los perros y los gatos muy cariñosos, los caballos... Wow, los caballos son unos animales preciosos, lástima que mañana tengamos que volver a casa.

Mike y mi padre no estuvieron con nosotros en todo el día, ellos tenían otras cosas más importantes que hacer. Después de convencer a mis abuelos para abandonar la granja, cosa que fue un duro trabajo porque mi abuelo nació aquí y la casa estaba llena de recuerdos y experiencias inolvidables, Mike y mi padre se fueron en coche hasta el pueblo más cercano para ver si encontraban una gasolinera, otro coche y comida. Según ellos, el pueblo estaba desértico y abandonado, parecía un pueblo fantasma, y afortunadamente solo se encontraron con cinco infectados, a los que mataron con dos cuchillos. La misión se completo con éxito, regresaron al acabar la tarde con otro coche más repleto de comida.

Después de comer fuimos a ver la televisión, pero ya no había ningún canal disponible así que supusimos que todas las cadenas televisivas también habrían caído. Durante todo el día no supe nada de Max por lo que solo nos queda pensar que habría muerto junto a su madre.

Ahora ya era de noche, una noche preciosa, profunda y el cielo estaba lleno de luminosas estrellas, y como no, con la luna en lo mas alto brillando en todo su esplendor. Sólo se oía el sonido de los grillos, y a lo lejos, algún lobo aullar, algo que en la ciudad no era muy común, por lo que abrí la ventana, me metí en la cama, cerré los ojos, y me dediqué a relajarme y a disfrutar. Pero quince minutos después, aproximadamente, oí hablar a alguien. El sonido provenía de la ventana, por lo que me acerqué a mirar. En la ventana de al lado se encontraba Lisa llorando. Me eché para atrás para que no pudiera verme y me quedé escuchando.

— Mamá... Mamá...— Decía lentamente, entre sollozo y sollozo.— Mamá... ¿Estás ahí?— Preguntó sin dejar de llorar.— Mamá, te echo de menos, necesito tus abrazos, tus besos y esos "te quiero" que solo tú en este mundo me decías...— Volví a asomarme y observé con más detalle a Lisa. Estaba apoyada en la ventana, se encontraba mirando hacia el cielo, y miles de brillantes lágrimas descendían por sus mejillas.— No estoy bien mamá, ¿qué está pasando? ¿Es cierto que está muriendo tanta gente?— Volví a apartarme, no quería ser descubierto y que pensara que invadía su intimidad, aunque así lo hiciera.— ¿Voy a tener que matar yo también? ¿La enfermedad va a matarme?— Cada vez lloraba más fuerte.— ¿Qué va a ser de nosotros cuando dejemos la granja? ¿Qué va a ser de mí?— Dejó unos minutos de silencio en los que sólo se oían sus lloros.—Y mamá, aún que se que este no es el momento, pero tengo que pedirte consejo... tengo que hablarte sobre Austin... Mi corazón le sigue amando y el tenerle tan cerca me mata...— Me quedé en blanco y noté como mi pulsó se aceleraba y como una sonrisa se formaba en mi rostro.— se que nunca tendremos nada, no quiero que se rompa nuestra amistad tan duradera... Al fin y al cabo él fue el único amigo que siguió conmigo después de todo... Él, buff, él es increíble,— se secó sus lágrimas por primera vez desde que había empezado a hablar.— se preocupa por mí muchísimo más que papá, y pienso que si le pasara algo, por muy mínimo que sea, yo me iría con él. Nunca había estado tanto tiempo junto a él y he de admitir que es muchísimo mejor de lo que creía. ¿Sabes algo? Creo que yo también le gusto,— soltó una leve risa.— hoy por la mañana creo que estuvo espiándome mientras me cambiaba de ropa, aún que pudieron ser imaginaciones mías, me hizo sonrojarme y sonreír. Sea lo que sea, gracias por escucharme, mamá te quiero. Tal vez me quede poco para juntarme contigo.

The Earth Is DyingWhere stories live. Discover now