Han pasado cuatro días desde que llegamos a esta tranquila casa, y la verdad es que tenemos pensado quedarnos algo más. Estamos a las afueras de un pequeño pueblo completamente abandonado, Mike lo ha recorrido en una bicicleta que encontramos en el garaje y no ha encontrado a ninguna persona andando por aquí. El problema son las caminantes, que se dedican a vagar sin destino alguno por las calles, pero nunca se han acercado a la casa más de cuatro juntos. Según Mike, al estar en un pueblo cerca de nuestra ciudad es algo positivo, ya que en algún momento u otro el ejército tendrá que ir a comprobar como ha quedado todo después del bombardeo que ellos mismos causaron, y eso hará que nos encuentren por el camino y nos lleven con ellos a un lugar seguro.
No volvimos a saber mas de Jack después de que aquella vez se cortara. Cada varias horas el Walkie-Talkie hacía ruidos extraños, todos suponemos que Jack quiere comunicarse con nosotros, pero desgraciadamente le resulta imposible conseguirlo.
Ayer fue un gran día, Mike comenzó a comportarse mucho mejor. Estuvo enseñándonos a usar nuestros cuchillos y las pistolas, dice que nunca esta de más saberlo. Estuvimos practicando con los cuchillos en el jardín de casa con caminantes encontrados por la calle. Maté mi primer caminante y me sentí bien, me ayudó a desahogarme de una forma en la que no le hacía mal a nadie, por lo que podemos decir, que me gustó acabar con ello.
— Jfbsbwkfk— El ruido del Walkie-Talkie volvió a sonar mientras cenábamos el sándwich que nos había preparado la abuela.
— Pásamelo.— Me ordenó Mike y yo le entregué el Walkie-Talkie.— Jack, ¿nos escuchas?— Preguntó pulsando el botón.— ¿Jack?
— Si... Os escucfhdm.— Finalmente contestó Jack.
— Bien, bien, llevábamos días intentado contactar contigo.
— Yo igual con vosotros. ¿Estáis tú y el joven solos?
— No. El joven que encontró el Walkie-Talkie se llama Austin, y junto a nosotros están su abuela, su hermana y mi hija.
— ¿Dónde estáis?
— Seguimos en tu casa, es lo más seguro que hemos encontrado en varios días.
— Tenéis que llegar aquí, es mucho más seguro. Tenemos vallas, comida y armas. Además, somos mucha genfnrigte.
— ¿Dónde estáis?
— Estafjen en un fetufrto del norgbte de barcfelona.
— Repite, no lo hemos entendido, por favor.
— Djenfm df un ingffrtuto deh ndjfne de...
— ¡¿Jack?!— Preguntó Mike.— Jack, ¿dónde estás?
—...
— Se ha vuelto a cortar...— Dijo Mike dando una patada a la mesa.
— Hay un lugar seguro...— Dije asombrado.
— Con comida, vallas, armas...— Repitió Alicia.
— Papá, ¡tenemos que llegar allí!— Exclamó Lisa.— ¡Podremos dejar de tener miedo de una vez por todas!
— Si... Tenemos que llegar.— Dijo Mike pasándose su mano por su frente.— Y tenemos que hacerlo pronto.
— Pero no sabemos donde está.— Negó Alicia.
— Nos os preocupéis, volveremos a hablar con Jack.
— Mike... Todo esto suena muy bonito, pero, ¿cómo sabemos que Jack dice la verdad?— Preguntó mi abuela desconfiada.— Mirad Marco y su familia... Nos tuvieron encerrados como a criminales durante dos días, ¿por qué Jack no iba a ser diferente?
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The Earth Is Dying
Science Fiction¿Qué sucedería si un día al levantarte descubrieses que la civilización se está cayendo en pedazos? Eso es lo que le sucede a Austin, un adolescente que lleva una vida tranquila y rutinaria en una pequeña ciudad, hasta que un día todo cambia. Poco...