Cápitulo 10: No estoy preparada para esto.

40 7 0
                                    

Eché un vistazo al cuerpo de mi abuelo y vi como abría los ojos lentamente y soltaba un gruñido. ¡Mi abuelo seguía vivo! ¡Mi abuelo no había muerto!

Pude ver como mi padre abría los ojos como platos y una sonrisa sincera se formaba en su rostro, al igual que pasaba en el mío. Mi abuela también se giró para ver que su marido seguía vivo, se quedó atónita, pues creía que lo había perdido para siempre. Mi abuelo pasó de estar tumbado a sentarse, volvió a gruñir h seguidamente mordió a mi padre en el brazo.

Me levanté y salí corriendo hacia ellos. Mi abuelo seguía mordiendo a mi padre y entendí que había sido infectado.

— ¡Papá!— Exclamé ganándome ser el centro de atención.— ¡Aparta, está infectado!— Empecé a tirar a mi padre de su otro brazo.

Mi padre empezó a gritar,— ¡Austin, aparta!— Me gritó Mike que se dirigía corriendo hacia nosotros con un cuchillo en sus manos.

— ¡No!— Negué continuando tirando.

— ¡Mike!— Exclamó mi abuela.— ¡Mas infectados!— Giré mi cabeza hacia donde mi abuela había señalado y vi que, efectivamente, a unos veinte metros se acercaban cerca de diez infectados.

— ¡Mierda!— Exclamó Mike clavándole el cuchillo a mi abuelo en la cabeza.

— ¡Alicia, ve al coche!— Le grité a mi hermana que aún seguía recogiendo margaritas.

— ¿Ehh?— Preguntó confusa mirándome a mí.

— ¡Infectados!— Grité señalándolos, que estaban cada vez más cerca.

Alicia dejo caer su ramo de margaritas y salió corriendo hacia el coche, donde se encontraba Lisa, que seguía sin dejar de llorar.

Saqué mi pistola y la miré confuso, nunca había utilizado una, por lo que no sabía muy bien como funcionaba. Apunté hacia los infectados y apreté el gatillo, pero no salió nada.

— ¿Qué mierda le pasa ahora?— Le pregunté a la nada.

— ¡Austin!— Exclamó Mike.— Ayúdame a llevar a tu padre hasta el coche.

Salí corriendo hacia el, agarré a mi padre por las piernas y Mike por los brazos. Mi padre pesaba bastante, estaría cerca de los setenta kilogramos, y yo no estaba acostumbrado a cargar tanto peso, aún que estuviera repartido entre dos personas. Mientras tanto, mi abuela iba disparando a los infectados que se iban acercando con la escopeta de mi abuelo, que en paz descanse.

Cuando llegamos al coche, Lisa y Alicia ayudaron a meter a mi padre al coche. Mike se metió rápidamente en la parte delantera para conducir, mi abuela de copiloto y yo, bueno, muy apretujado en la parte trasera, junto con Lisa, Alicia, con Tobby en brazos, y mi padre, que no paraba de gemir de dolor.

Mike arrancó el coche y dejamos a los infectados atrás junto algunas maletas que quedaron en el otro coche.

— Austin, véndale el brazo a tu padre con cualquier trapo o algo, hay que evitar que no pierda mucha sangre.— Me ordenó Mike y yo lo cumplí, cubriéndole la herida con mi sudadera.

— Papá, ¿estas bien?— Preguntó Alicia mirándolo con lágrimas en los ojos.

Mi padre no respondió, tenía los ojos cerrados, por lo que probablemente estaría inconsciente, ya que el corazón seguía latiéndole.

— ¿Papá?— Repitió Alicia.

— Alicia, tranquila.— Dijo mi abuela secándose el sudor de la frente.— Papá esta bien, solo que necesita descansar. A perdido mucha sangre.

The Earth Is DyingWhere stories live. Discover now