Cápitulo 19: Porque para tu información, tengo mi cuchillo en mi cinturón.

22 2 0
                                    

— Háganme caso.— Insistió Mike.— Nos comunicamos con Jack, un hombre que está allí, a través de un Walkie-Talkie.

— Este básicamente.— Añadí mostrándole el Walkie-Talkie.

— Bueno, ¿y qué saben de ese lugar?— Preguntó Trévor.

— Sabemos que hay vallas, comida, armas y gente.— Contestó Mike.— No sabemos nada más debido a que hablar con Jack es difícil, al estar tan lejos la señal se corta fácilmente.

— Bueno, llevamos desde que llegó la epidemia a nuestro hogar en la carretera, no perdemos nada por ir hasta allí a ver que hay.— Dijo Trévor.— ¿Os llevamos?

— Mmm...— Mike nos miró y Lisa negó con la cabeza.— No, gracias, la última vez que nos encontramos con gente nos encerraron en una habitación durante dos días.

— ¿Cómo?— Preguntó Lily algo confusa.

— Una familia que aparentemente eran buena gente. Nos secuestraron porque necesitaban nuestra ayuda para proteger a su primogénito.— Explicó Mike.

— Blue...— Suspiró Alicia cabizbaja.— ¿Estará bien?

— Lo estará.— Respondí agarrándola su mano.

— Bueno, no tienen porque preocuparse, somos buena gente, podemos asegurárselo.— Dijo Adrián.

— Y no tengo ninguna duda, pero no quiero poner en riesgo la vida de mi hija y de Alicia y Austin.

— ¿Esta usted seguro?— Preguntó Ben.— Me parece que arriesga sus vidas caminando con ellos ahí fuera.

— ¿Ellos?— Pregunté.

— Si, los enfermos.— Respondió.

Mike volvió a mirar a Lisa.— Haremos lo que tú quieras, cariño.

— Vamos con ellos.— Contestó Lisa.

— Bueno, pues entonces os doy la bienvenida.— Dijo Trévor sonriendo.— Me alegra mucho ver caras nuevas y tener alguien más con quien conversar. Como podéis ver, tenemos dos autocaravanas. La primera es en la que viajan y duermen mis tres hijos, la segunda nos pertenece a mi mujer y mi sobrino.— Explicó señalándolas.

— ¿De dónde las sacasteis?— Preguntó Mike.

— Mi padre trabajaba vendiendo autocaravanas en un concesionario. Cuando los muertos llegaron a nuestra ciudad él estaba trabajando sin enterarse de nada, mi madre y mis hermanos no dudamos en ir a por él por muy difícil que fuera atravesar la ciudad de punta a punta. Una vez allí mi padre optó por coger dos autocaravanas prestadas.— Explicó Lily sin dejar de mirar a Mike con una sonrisa.

— Efectivamente.— Añadió Trévor.— ¿En cuál de las dos queréis ir?

— En la que ustedes quieran, no queremos ser una molestia.— Respondió Mike.

— Bien, pues iréis conmigo. Nuestro autocaravana es más grande y así conoceréis a mi mujer. Lily, dejadnos ir a nosotros primero, conocemos mejor el camino hasta Barcelona.— Ordenó Trévor.

— De acuerdo, papá.

Cada uno de nosotros subimos a nuestras respectivas autocaravanas, Mike y yo lo hicimos con desconfianza, Alicia con curiosidad y Lisa, como siempre, asustada. El vehículo por dentro era más grande de lo que parecía. En la parte trasera había una pequeña habitación con una cama matrimonial, en frente de la puerta una mesa con dos sofás a sus lados. Además la autocaravana tenía cocina, baño y todo lo necesario para poder vivir allí, pero sin duda, parecía agobiante vivir en un sitio tan pequeño.

The Earth Is DyingWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu