Capítulo 7 - La Voz en el Jardín

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Despertando de golpe sintió como su pulso estaba acelerado, su respirar agitado y sentía como su piel se contraía al no poder alejar aquellas imágenes de su mente.

Ya era de mañana y una brisa fresca entraba por la ventana dándole un poco tranquilidad y con ello la conciencia de que todo se trató de una pesadilla. Al intentar ponerse de pie halló en el suelo un camino de pétalos de rosas rojas, al seguirlos la llevaron hasta el comedor donde se había servido un gran desayuno con frutas, jugos, cereales, leche y demás; en el techo habían globos en forma de corazones y con mensajes en ellos, de éstos colgaban cintas rojas y alrededor de la mesa muchos más pétalos.

- Creo que me sobrepasé con el romanticismo, pero estoy dispuesto a todo para hacerte recordar cuánto te amo- dijo Henry al aparecer detrás de ella entregándole una hermosa rosa roja con matices blancos y rosados, para luego acercarse a su oído y susurrarle -buenos días princesa-.

Violeta disfrutó de los detalles de Henry mientras él no desaprovechaba ni un solo instante en hacerla sentir especial.

Luego de un rato Henry preparó su equipo de fotografía diciendo –Ammy llegará dentro de poco, te dejaré sola puesto que debo atender un compromiso- dando un beso en su mejilla y una caricia en su mentón, cerró la puerta; sin más que hacer Violeta empezó a recorrer el apartamento, el balcón, la cocina, el patio y por último las habitaciones; al llegar la perteneciente a Henry decidió entrar, puesto que su curiosidad como periodista era mayor que cualquier cosa.

Al entrar halló una habitación perfectamente ordenada, todo estaba meticulosamente puesto en un sitio determinado, pero por más que observaba no había nada que le trajera un recuerdo de vuelta, así que optó por ir más allá que solo observar; superficialmente esculcó en el closet y cajones, pero no lograba encontrar nada peculiar entre las pertenencias de Henry, sin embargo, en uno de los cajones bajo las ropas hubo algo que parecía medicina, pero al buscar más a fondo encontró todo un conjunto de cápsulas, pastillas y ampolletas; algo asombrada decidió dejar todo como estaba para evitar que Henry se percatara de lo que había hecho y al disponerse a salir del cuarto, al lado del closet vio una puerta pequeña y debajo de ella una luz roja que salía debajo de ella.

Con cautela se acercó queriendo saber a dónde conducía o qué había detrás de ella, tomando la manija intentó abrirla pero ésta se encontraba con llave, en ese momento una voz dijo­ ¿Qué haces Violeta? Sintió como si su corazón se detuviera por el imprevisto llamado, al voltear su mirada se percató que se trataba de Ammy quien la miraba algo extrañada inclinando su cabeza hacia la izquierda.

–Hola, me has tomado de sorpresa...- dijo Violeta con voz nerviosa - ...bueno, la verdad solo estaba conociendo un poco el apartamento y me causó curiosidad esta puerta ¿Sabes que hay detrás?

Ammy alzó su miraba junto con una ceja mientras pensaba y respondió –bueno, antes era una pequeña habitación, pero Henry la conectó con su cuarto y desde entonces no sé. Esto causó mayor intriga a Violeta, pero debía dejar su curiosidad de lado con la presencia de Ammy quien le dijo –bueno, ahora debemos tener una salida de chicas, porque debemos estar listas para la fiesta de hoy en la noche- diciendo esto tomó a Violeta de la mano, quien sorprendida solo dijo -¿Fiesta?-

Ammy la llevó por la ciudad, visitaron centros comerciales, almacenes, restaurantes y por último un salón estético, donde luego de varias horas en manos de estilistas quedó perpleja ante el trabajo que habían hecho en ella, sus ojos, su cabello, su rostro, sentía como su fuera una mujer diferente –estás hermosa Violeta- dijo Ammy – con el vestido y los zapatos que compramos, quedarás perfecta –.

Saliendo del salón ingresaron al auto, Violeta observa por la ventana y cuando se disponían a partir llegó una mujer quien de sorpresa exclamó -¡Violeta!- qué haces aquí, se supone que te mudarías de la ciudad luego de casarte- ella respondió con un gesto de confusión mientras Ammy le preguntaba –Violeta ¿La recuerdas?- al responder de manera negativa con su cabeza, Ammy le dijo a la desconocida –tenemos prisa ¡Bye!- pisando el acelerador y dejando atrás aquella mujer mientras Violeta desde el retrovisor la observaba atentamente a medida que se alejada en el auto. 1

Olvidarte para amarteWhere stories live. Discover now