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No podía y no quería creer lo que estaba viendo ante mi, quizás era pura exageración mía pero esto era demasiado. El realmente estaba drogandose en esta maldita fiesta y encima de todo, la chica a su lado lucia tan descaradamente bien que me hizo sentir fuera de lugar, CLARO QUE ESTOY FUERA DE LUGAR.

Sus ojos se toparon con los míos, dejaron de parecer excitados por la droga y pasaron a estar asustados. La mano que tenia sobre la cintura de la chica la bajo inmediatamente y comenzó a caminar hasta mi aun con el porro de marihuana entre los dedos, sin pensarlo retrocedí con las manos alzadas impidiéndole que se acercara mas, no quería estar cerca de el ni de su maldita mierda. Así sin mas comencé a caminar a fuera de la casa con el temor de que si permanecía allí me pondría a llorar o quizás a gritar. Diablos, quizás estoy dramatizando.

Me senté en el césped húmedo justo a unos metros de un muchacho revolviendo el estomago, no me importó, estaba muy cabreada como para ponerme a pensar en el asco que producía su vomito.

Ni siquiera sabia la verdadera razón de mi enojo, porque había tres razones importantísimas. 1- El chico estaba fumando marihuana, yo aceptaba el alcohol y la nicotina pero sin duda no la marihuana. 2-El chico estaba con una chica que claramente no era yo, quizás eso es lo que mas me dolió. 3- El chico es un idiota, estuve esperándolo por mas de una hora, no recibí mensajes ni llamadas ¿para que? Claro, para que estuviera drogado y con su amiga.

Un desconocido salió por la puerta de la casa y grito: "Jugaremos a la botella, vengan todos" .

Yo debo haber estado mal de mis facultades o quizás me había afectado el humo de la marihuana de Nate porque me levante y entre nuevamente a la casa. A los minutos yo estaba algo muy ebria y estaba jugando ese maldito juego de la botella. Genial.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora