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La mirada prejuiciosa de Kaylan me dejó nerviosa e inquieta. En la cena (deliciosa que prepararon las tías y la madre de Nate) los hermanos no dejaron de platicar y contar chistes; me parecía un poco egoísta sentirme incomoda por la visita de su hermana cuando el lo estaba disfrutando, el brillo en los ojos de Nate no es cosa de todos los días y me fuerzo a alegrarme por el y por el año nuevo que se aproxima. Milan me cuenta sobre sus propósitos de año nuevo mientras mientras yo le doy sorbos al ponche y miro de reojo a mi novio, guapísimo aun cuando no logré convencerlo de usar la camisa blanca en lugar de la negra, en realidad tengo suerte de que haya aceptado a usar una camisa de vestir y no una de sus usuales. Su mano descansa en mi muslo y constantemente da ligeros apretones solo para cerciorarse de que le presto atención o me mira a los ojos preguntándome con la mirada como me encuentro y a ratos me sonríe dulcemente.

Al poco rato todos nos levantamos de la mesa y los tíos deciden esperar el año prendiendo una fogata cerca del lago, mientras ellos acomodan los troncos Nate se sordea y me jala para poder besarme, intentando ignorar que toda su familia presciencia la escena y me envuelvo en los labios y los brazos que me cubren del frío de Nate.

-¿Ya hablaste con tus padres?

-Estaba a punto de hacerlo. -Le digo y el acerca peligrosamente su boca a mi oído, desinteresadamente muerde mi oreja.

-Me parece bien que lo hagas ahora porque 5 minutos antes y pasadas las 12:00 tu vas a ser toda mía. -Intento no verme afectada por su cercanía o por sus palabras pero por dentro me convierto en una quinceañera brincando de felicidad por sus palabras.

-¿Por qué 5 minutos antes? -Le sonrío y el me mira colocando un mechon de cabello tras mi oreja.

-Ya sabes, para ajustar detalles y cortejarte. -Me sonríe con malicia y vuelve a acercar su boca a mi oído. -Así no me siento tan culpable por cogerte toda la noche.

Lo empujo con diversión tratando de ocultar el color rojo que cubrieron mis mejillas y el suelta una carcajada enorme volviendo a acercarse a mi.

-Eres un idiota. -Lo tomo por el cuello y le doy un pico en los labios.

-¿Qué? a las chicas les gustan las palabras bonitas antes del buen sexo, las enamora. -Me guiña un ojo. -Pero creo que tu ya no puedes estar mas enamorada ¿o si, nena?

Narcisista, ególatra, lo adoro. Niego inocente con la cabeza y a el le crece la sonrisa; continuamos con la escena de los besos por unos minutos más.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora