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Enero llegó y pasaron los días fríos, mis padres estaban en casa por fin y yo me encontraba feliz pero un tanto abandonada, Nate y su hermana habían estado saliendo con frecuencia, el me invitaba a sus salidas cada que podía pero yo me excusa con cualquier cosa para no ir, Nate es el único ciego que no nota el desprecio en la mirada de Kaylan. Trato de no pensar demasiado aquello y me dedico a buscar un buen regalo de cumpleaños para Nate, no le di nada de navidad y estaba ansiosa por darle un regalo increíble.

En serio Simón del pasado, ya vuelve, te extraño, tu no eres una tonta enamorada como la nueva.

Estaba por ir al centro comercial a buscar algo bueno cuando veo del otro lado de la calle que un chico alto con un gorro sale de la puerta de su casa, tardo cinco segundos en darme cuenta de que es Liam y se apresura hasta mi y me abraza.

-¡Feliz navidad y año nuevo!

-¿Qué haces aquí?

-El descanso se extendió por las nevadas así que lo primero que hice fue regresar para pasar más tiempo con mi chica. -Le sonreí dulcemente. -¿A donde ibas?

-Al centro comercial ¿vienes? -El asintió y nos adentramos en el auto, prendí la calefacción y manejé hasta el estacionamiento subterráneo del lugar, entre broma y broma llegamos y comencé a buscar con la mirada algo bueno para regalar a un novio que no necesita nada.

-Nunca vienes al centro comercial si no es con tu bola de amigas problematicas ¿qué tienes entre manos? -Lo regañé con la mirada al escucharlo expresarse así de mis amigas, nunca le agradaron, dice que solo me causan problemas.

-El 17 es cumpleaños de Nate.

-¡Ah, claro! ¿Que tienes en mente?

-¡Nada! El problema es que no le gusta nada y no necesita nada y quiero comprarle algo que le guste mucho.

-¿Y por qué tienes que comprarle algo? Dale sexo. -Casi me atraganto con mi propia saliva al escuchar aquello, descarado cínico, lo golpeé con fuerzas en el hombro y me aseguré de que nadie haya escuchado aquel comentario. El por su parte se retorcía de risa. -Hablando del rey de Simonlandia.

Dirigí mi mirada a donde iba la suya, Nate y Kaylan caminaban en dirección opuesta a la nuestra dándonos la oportunidad de vernos. Sabía que Liam no le agradaba para nada a Nate y me puso nerviosa pensar en su reacción al vernos juntos cuando le había cancelado a el hoy (por tercera vez). Pensé en tratar de evitarlos pero cuando menos lo pensé, el idiota que tengo como amigo ya estaba haciéndole señas y saludando a Nathan aun cuando se que ambos se desprecian; nunca entenderé a los vatos.

-¿No es tu novia, Nate? -Escuché la voz de Kaylan dirigirse a su hermano y el asintió, cuando estábamos enfrente no sabía cual relación era peor, si la suya o la mía con su hermana.

-Hace tiempo que no te veía Nate -El hipócrita habló.

- ¿que haces aquí? -Primero pensé que Nate le había preguntado a Liam y ya iba a reprimirlo por portarse tan tosco pero después me di cuenta de que me lo decía a mi.

Así nos saludamos, es normal, ¿un beso, un abrazo? Que ridiculo. Lo de hoy es atacarse con preguntas celosas.

-Mmm yo...

-Ibamos al cine. -Me salvó (me arruinó) Liam. La cara de Nate estaba neutra, neutra para mi significa que me quiere gritar pero se contiene o quizás significa que le da igual esto, pero es poco probable dadas las circunstancias. Nada le da igual a Nate, sería preocupante si le diera igual, me gusta y me aterra que no le de igual.

-Bueno, nosotros ya vamos de salida. Nos vemos después. -Sonrió Kaylan pero ni siquiera me miró y tomó a Nate por los hombros obligándolo a caminar. Cuando quise detenerlos y explicarle a mi novio, el ya se había perdido de mi vista.

Gracias Liam.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora